La inseminación artificial es un método que permite que las mujeres solteras y las parejas infértiles puedan tener hijos por medio de una fecundación controlada. Cuando un tercero está involucrado en la donación de esperma se espera que este sea transparente respecto a sus intenciones reproductivas y que diga la verdad cuando se le pregunta sobre su historial genealógico, incluyendo cuántos hijos ha tenido o piensa tener, pero esto no siempre se maneja con claridad.
Jonathan Jacob Meijer, un músico de Países Bajos, está bajo la mira de las autoridades y de los medios luego de que se presentaran demandas en su contra de parte de madres que recibieron su donación de esperma engañadas por el neerlandés, pues él dijo que tendría menos de 25 hijos y a la fecha lleva unos 550, lo que supone un riesgo de salud y un abuso de confianza por parte del tramposo.
Jonathan Meijer: una “verdadera plaga”
Jonathan es un músico de la Haya que tiene ínfulas de influencer, promoviendo su filosofía de vida por redes sociales. Actualmente radicado en África, el tramposo ha estado donando esperma en toda clínica donde lo aceptan. Además, ha contactado y engañado en línea a padres que buscan realizarse el procedimiento para aumentar su prole que ya supera el medio millar de descendientes, un riesgo latente de salud pública, lo que bien podría calificar al neerlandés como “una plaga”.
Tomando en cuenta los lineamientos holandeses, los donadores de esperma no deberían tener más de 25 hijos ni preñar a más de 12 madres, medidas que tienen como propósito evitar los riesgos de endogamia, incesto involuntario o problemas psicológicos en los infantes. Jonathan, a sabiendas de eso, donó esperma a por lo menos 13 clínicas, incluidas 11 holandesas.
El cretino quiere graduarse de epidemia y convertirse en pandemia: ya se extendió por Europa y Oceanía
Radicando actualmente en Kenia, el tramposo no se arrepiente de sus actitudes inmorales y peligrosas porque sigue esparciendo su material genético por Europa: Dinamarca y Ucrania son dos de los países en que se ha registrado que el truhan ha seguido con sus donaciones indeseables para escapar de las regulaciones neerlandesas, pero parejas extranjeras también reciben inseminación artificial en esas clínicas, extendiendo el problema.
Según el London Times, Jonathan dijo que le gustaría ver que hay hijos suyos a lo largo y ancho del mundo y ahí la lleva. Una pareja australiana pagó 6500 dólares a una clínica por la terapia de inseminación artificial y terminaron decepcionados y horrorizados tras descubrir la verdad sobre su donante. Aunque varias madres se han acercado al donante compulsivo para que detenga su peligrosa y egoísta conducta, él se ha negado, por lo que la vía legal parece ser la única vacuna contra este particular bicho.
Ganándose su demanda a pulso
La fundación neerlandesa DonorKind ha estado investigando lo referente a las acciones ilegales e inmorales de Jonathan, quien fue inscrito en la infame lista negra de las clínicas holandesas desde 2017, luego de que se le comprobaran 102 hijos. Aunque sería papel del gobierno encargarse de castigar esa conducta, la organización DonorKind ha empezado una demanda civil porque alguien debe detener a este hombre.
La demanda fue iniciada por una mujer holandesa que dio a luz a un hijo de Jonathan en 2018, identificada solo como Eva, quien asegura que de haber conocido el hecho de que tenía “más de 100 hijos”, nunca lo hubiera elegido como donador, agregando “pensando en las consecuencias de esta situación para mi bebé, me enferma y la única manera de proteger a mi prole es yendo a la Corte”.