Una cosa es que tu mamá tire a la basura tu playera favorita (que obvio ya ni te queda), pero otra muy distinta es que estos padres se deshicieron de una colección de videos y revistas en la que su hijo invirtió mucho dinero.
David Werking es un hombre de 42 años que se divorció de su esposa en el 2016 y le pidió ayuda a sus padres para recibirlo en su casa mientras él conseguía otro lugar para vivir. Sus papás, Beth y Paul, le dieron la bienvenida, pero cuando él volvió a irse del nido y le enviaron sus pertenencias descubrió que le faltaban 12 cajas que contenían su material de entretenimiento para adultos.
No se trataba solo de unas cuantas revistas, sino de un total de 1,605 DVD y VHS con películas eróticas, así como 50 juguetes para adultos. David le preguntó a sus padres por sus pertenencias faltantes y su padre le dijo que ellos habían destruido todo por su bienestar.
Después de hacer un cálculo del valor de su colección, estimó que valía alrededor de 25,000 dólares y demandó a sus papás por la destrucción de sus pertenencias. Ellos sabían de su existencia y cuando lo recibieron en su casa en Grand Haven, Michigan le advirtieron que no le permitirían tenerlas.
Como su hijo ya se había ido, Beth y Paul decidieron destruir todo, pero no se imaginaron que David los demandaría. Ya con abogados involucrados en este pleito, los papás trataron de hacer que el juez desestimara el caso.
La abogada de los padres, Anne Marie Van der Broek, reclamó que al dejar de nuevo la casa de sus padres, ellos pasaron a ser los propietarios de esas cajas y su contenido, así que podían hacer con ellas lo que quisieran.
Sin embargo, el juez de distrito Paul Maloney aclaró que cuando David dejó la casa, sus padres le dijeron que le enviarían sus pertenencias, de forma que ellos no eran los propietarios y la objeción no iba a proceder.
Por su parte, el abogado de David pidió que se le diera a su cliente una compensación por el triple de los daños recibidos, algo así como 75,ooo dólares por la destrucción de su colección. Lo increíble de este caso es que el juez falló a favor del hijo.
Hemos solicitado a la Corte daños triplicados, que creemos están justificados dada la destrucción sin sentido de la propiedad. Se trataba de una colección de artículos y propiedades a menudo insustituibles.
– Miles Greengard, abogado de David
Esta disputa familiar no terminó bien y ahora tanto Beth como Paul deben pagarle a su hijo por todo el material que le destruyeron. Hay ocasiones en que las buenas intenciones no son suficientes para defenderse contra las extrañas interpretaciones de las leyes.