Aunque cuando intentamos hacer cosas difíciles o imposibles, la gente nos dice que no podríamos lograrlo ni en sueños, resulta que, de hecho, hay cosas muy específicas que son posibles mientras estamos despiertos y que no podemos hacer en nuestros sueños por más que nos esforcemos. Claro, siempre nos dicen que mientras estamos en el reino de Morfeo, todo es posible, pero algunas limitaciones comunes existen entre lo que un soñador puede y no hacer.
A continuación te presentamos las siete cosas que podríamos hacer con relativa facilidad mientras estamos en las horas diurnas, pero que nos resultan tareas inalcanzables mientras descansamos nuestros párpados, así que si alguna de estas actividades está entre tus planes, más vale que la hagas antes de dormir.
1. Conocer gente nueva
A pesar de que es posible que te encuentres a alguien de quien no sabes ni el nombre en tus sueños, existe la teoría de que somos incapaces de inventar nuevas personas de la nada, por lo que si te topas con un extraño mientras sueñas, lo más probable es que ya te hubieras encontrado con esa persona en algún momento en tu experiencia diaria y que la información que tengas de esa persona (aunque sea solamente el rostro) se haya asignado a ese desconocido.
2. Usar el lenguaje
Se supone que las regiones de nuestros cerebros que nos permiten acceder al lenguaje se encuentran algo letárgicas mientras dormimos, por lo que emplearlo para hablar, escribir o incluso leer resulta un asunto difícil. Quizá pienses “yo sí hablo en mis sueños”, pero esas pláticas oníricas son más similares a telepatía que a conversaciones habladas y no involucran sonidos, por lo que no emitimos ruido ni lo percibimos. De igual manera, podemos captar algunos significados. Sin embargo, si no podemos distinguir palabras o escritura mientras estamos en un sueño, mucho menos podemos escribir.
3. Ver nuestro reflejo en el espejo
No es que seamos vampiros en nuestros sueños y que por eso nos resulte imposible mirarnos en los espejos oníricos, sino que los que hay en el mundo real muestran reflejos que dependen de reglas físicas, mientras que en nuestros sueños tienden a reflejar lo que esperamos que reflejen subconscientemente o basados en nuestras memorias, por lo que nuestro reflejo en sueños es más bien psicológico que físico, es decir, te ves como crees que te ves, no como eres realmente.
4. Disfrutar de la comida tal y como es
El reino de los sueños no es el mejor lugar para ir de picnic, pues resulta difícil concentrarse en el acto de comer, usualmente solo recordamos que estábamos a punto de o que ya terminamos de comer. Pero incluso cuando soñamos que estamos comiendo y logramos experimentarlo, al momento de saborear los alimentos, las cosas se ponen extrañas, pues la textura y el sabor de la comida pueden ser impredecibles y lo más probable es que se basen en una mezcla de tus expectativas del manjar, un olor que estés captando o el sabor que tiene tu almohada.
5. Encontrar algunos objetos modernos como smartphones
A pesar de que aún no se conoce la naturaleza exacta de los sueños, existen teorías que consideran que los sueños con algún tipo de mecanismo de defensa han ido evolucionando con el paso de incontables generaciones y que muchos de los elementos que podemos encontrar en los sueños son extraídos de partes más antiguas de la mente humana, que probablemente están relacionadas con problemas que podrían ser más comunes para nuestros ancestros, como, digamos, correr por sus vidas, cazar o reproducirse.
Se cree que esa naturaleza primitiva es la causa de que apenas alrededor del 3.55 por ciento de las mujeres y el 2.69 por ciento de los hombres sueñen con smartphones, que no están relacionados con problemas de nuestros antepasados, pero quizá las generaciones futuras sí los sueñen, junto con otros problemas y objetos más propios de la supervivencia en nuestro día a día…
6. Movimientos veloces y fluidos
A pesar de lo mucho que se use el término “equipo de ensueño”, usualmente, mientras dormimos, nos resulta imposible movernos con completa libertad e incluso vemos nuestros movimientos contenidos y amortiguados como si estuviéramos sumergidos en melaza. Según psicólogos, eso se debe a que la percepción del tiempo que tenemos es diferente mientras dormimos. Nuestros sueños ocurren durante el sueño REM, etapa durante la que nuestros músculos se encuentran inmóviles y relajados, por lo que es probable que la poca retroalimentación muscular que obtenemos nos haga sentir que nos movemos en cámara lenta o, de plano, que estamos casi inmóviles.
7. Acciones dependientes de cada individuo
Además de las anteriores limitaciones, a veces podemos encontrarnos con otros obstáculos que son propios de nosotros y que para otras personas resultan imposibles, como quienes no pueden caminar normalmente (usando sus pies) o que se tropiezan constantemente e, incluso, hay quienes no pueden encender las luces o apagar velas soplando. De igual manera, aunque en líneas generales, las anteriores acciones resultan imposibles o al menos difíciles de realizar para los durmientes, es posible que algunas personas sean capaces de llevar a cabo esas actividades sin trabas, dándoles algo así como superpoderes de sueño.