No cabe duda de que siempre vale más tener a gente calificada en el trabajo, ya sea que se trate de un puesto especializado o incluso de la limpieza, como llegaron a enterarse, luego de mucho rabiar, en el Instituto Politécnico Rensselaer, que tuvo pérdidas millonarias por no tener al hombre adecuado para el trabajo.
Un conserje que se encontraba realizando el aseo de las instalaciones decidió meter mano en el sistema eléctrico de la universidad para detener unas alarmas que lo molestaban. ¿El resultado? Pudo terminar su trabajo en paz. Además, destruyó los avances de más de 20 años de un proyecto científico de la universidad al norte del estado de Nueva York, costándoles un millón de dólares en pérdidas. El relajo terminó con una demanda millonaria contra la compañía de limpieza que falló al no entrenar adecuadamente a su trabajador.
Durante su jornada laboral el 17 de septiembre de 2020, el conserje se molestó por las insistentes y “fastidiosas” alarmas del equipo de laboratorio, que lo llevaron a intentar detener la cacofonía. El trabajador de limpieza finalmente logró detener el ruido infernal, interviniendo el sistema eléctrico del laboratorio, pero con consecuencias que ni él mismo esperaba, pues acababa de cometer un error garrafal que le costaría caro a la institución donde trabajaba.
Resulta que en el laboratorio donde se había encendido la alarma había cultivos de microorganismos y muestras que debían mantenerse estrictamente dentro de un rango de temperaturas específico, que si era alterado, podía causar la pérdida total de la investigación. Sin embargo, al apagar la alarma, el trabajador de limpieza también consiguió apagar el refrigerador, teniendo como resultado una pérdida catastrófica de la que el cuerpo investigador no se percataría sino hasta el día siguiente (por lo menos durmieron tranquilos).
No se requiere limpieza en esta área; puede presionar el botón de enmudecer prueba/alarma durante 5-10 segundos si desea acallar el ruido.
– Letrero en el refrigerador de muestras
Desgraciadamente, el trabajador ignoró el letrero que los científicos pusieron para evitar que se apagara el refrigerador superfrío, que permanecía a menos de 80 grados Celcius para mantener las muestras, colonias de células y otros elementos de la investigación, acabando de un tajo con 25 años de trabajo.
Afortunadamente para el poco cuidadoso conserje, su nombre no figura en la millonaria demanda, pero Servicios de Limpieza Daigle, la compañía basada en Albany para la que trabaja, sí está demandada millonariamente, pues están acusados de “no haber entrenado apropiadamente a su trabajador”, quien “debería estar al tanto de que no debe manipular los sistemas eléctricos del lugar durante sus labores de limpieza”.
La investigación, que tenía que ver con la fotosíntesis y serviría para el desarrollo de tecnología de paneles solares, costará por lo menos un millón de dólares para ser puesta en marcha de nuevo, pero todo el trabajo hasta ahora tendrá que volver a hacerse desde cero. La compañía de limpieza Daigle tenía un contrato con la universidad que le reportaría 1.4 millones de dólares por sus servicios hasta otoño de 2020, que parece que tendrá que devolver íntegramente para pagar por su negligencia.