Las actividades deportivas y las actividades al aire libre son formas de crear vínculos entre amigos y agregar algo de emoción y cambio a la rutina diaria, pero cuando están involucradas armas de fuego, es necesario tomar precauciones extra y asegurarse de que están todos coordinados y en sus cinco sentidos o el deporte puede terminar en tragedia.
Durante la noche del pasado 8 de mayo de 2023, en Buena Esperanza, provincia de San Luis, Argentina, un grupo de amigos salió a cazar para desestresarse y pasársela bien, pero al final del día, el único resultado de todo su esfuerzo fue la muerte de uno de los muchachos, Camilo Tallione, pues sus amigos lo confundieron con un jabalí y le dispararon en el cuello, lamentablemente, fulminándolo en el acto.
Descuido criminal: fueron incompetentes e imprudentes
Según los investigadores, los cuatro amigos llegaron al sitio donde realizarían la cacería, la Estancia El Moro, y su plan consistía en separarse para que tres de ellos guiaran a la manada, mientras que uno de ellos, Busso, se quedó esperando atrás, en un monte, para tener mejor tiro. Poco después, el francotirador detectó movimiento frente a él y sin constatar que si se trataba de un jabalí, disparó con su rifle calibre 30.06, impactando a Camilo Tallione en el cuello. El joven abatido gritó “Me pegaste”, camino unos metros hacia el tirador y se desplomó inerme.
Luego de darse cuenta de lo ocurrido, Busso disparó repetidas veces al aire para llamar la atención de los dueños de El Moro, quienes al percatarse de la situación, llamaron a emergencias, pero fue demasiado tarde: el muchacho herido había muerto desangrado poco después de ser herido. El fallecido fue hijo de dos policías trasandinos. El Club Atlético Huracán de San Luis, para el que jugaba el chico, anunció y lamentó la muerte de Tallione por medio de sus redes sociales.
Alejen a ese tipo de las armas de fuego
Los tres jóvenes que acompañaban a Tallione fueron detenidos e interrogados en la comisaría y tras las pesquisas correspondientes, se decidió imputar al muchacho que disparó el fusil contra su compañero con cargos de homicidio culposo, es decir, cuando se pone fin a la vida de una persona sin intención de hacerlo pero a causa de imprudencia, negligencia o impericia del autor o inobservancia de los reglamentos o de los deberes a su cargo.
La pena por esos cargos es de uno a cinco años de cárcel y una inhabilitación especial de cinco a diez años, lo que significa que no podrá cazar ni tener nada que ver con la actividad de la caza por ese lapso, lo que, dado el terrible descuido y falta de responsabilidad por parte de Busso, probablemente sea poco tiempo de veto.
Todo puede salir mal: tomen sus precauciones
La cacería de jabalí se lleva a cabo de noche porque los jabalíes adoptaron un comportamiento nocturno, por lo que el mejor momento para tomarlos desprevenidos es mientras la presa se alimenta. Sin embargo, y por obvias razones, la visibilidad es limitada y es fácil confundirse en la penumbra, por lo que es de vital importancia tener conocimiento de la ubicación de tus acompañantes y verificar que le disparas a tu presa y no a una persona.
Llevar ropa que no se mezcle con el entorno y hacer algo de ruido como hablar en voz alta o silbar puede evitar que algún amigo gatillo alegre te confunda con una presa. A pesar de que los jabalíes son animales agresivos y peligrosos, no es bueno disparar a ciegas solo porque podría ser un jabalí salvaje, sino que siempre debes asegurarte de a qué le estás apuntando.