Conducir bajo los efectos del alcohol es ilegal en todos lados y con razón, pues cuando se está borracho, hay desorientación, falta de coordinación, dificultad para concentrarse y, en general, se es bastante más lento para reaccionar y razonar, lo que es evidente no solo en la torpeza y mal juicio de los conductores borrachos, sino también en sus planes maestros para salirse con la suya luego de haber obrado mal.
Recientemente, en Colorado, Estados Unidos, un hombre fue detenido por conducir a exceso de velocidad y en estado de ebriedad, pero al ser un sujeto bastante avispado, supuso que podía evadir su responsabilidad echándole la culpa a alguien más: su perro.
El sospechoso y su borracho amigo humano
El reporte del increíble perro infractor ocurrió alrededor de las 11:30 p.m. el 13 de mayo, cuando la policía detuvo a un vehículo que estaba circulando a 84 km/h en una zona de 48 km/h. Sin embargo, y mucho más alarmante que el desprecio por las leyes de tránsito fue el proceder del conductor luego de que el agente de tránsito lo detuvo.
El conductor intentó cambiar su lugar con el de su perro, que venía en el asiento del pasajero. Conforme se aproximaba al vehículo, el oficial fue testigo de toda la ridícula maniobra. Cuando terminó su cambalache, el sujeto salió por el lado del vehículo correspondiente al pasajero, asegurando que él no era quien venía conduciendo el vehículo, dejándole toda la responsabilidad a su fiel perro.
Cuando ya creíamos que no podía ser más patético, nos demostró lo contrario
Aun sin poder dar crédito a sus ojos, el oficial de policía observó que el sospechoso (el humano, claro está, no el canino) mostraba signos de desorientación, falta de coordinación y estupidez extrema. Lo único que faltaba por confirmar era el aliento alcohólico.
Al verse descubierto, a pesar de su infalible plan, el hombre contestó sinceramente por primera vez en toda la noche… echando a correr. Por supuesto, un hombre borracho no es el epítome de la capacidad atlética humana y por eso el fugitivo fue exitosamente capturado a unos 18 metros del sitio de donde intentó huir, pocos segundos después de echarse a la fuga.
Llamenos al criminal “Homero S.”, no, mejor “H. Simpson”. ¿Solo en Springfield?
Para agregarle aún más rareza al asunto, el arresto fue llevado a cabo por un agente del Departamento de Policía de Springfield (SPD), aunque no sabemos si fue Lou, Eddie o algún oficial sin nombre. Ya hablando en serio, la gente que vio el post del incidente no pudo dejar de señalar la similitud del caso con chistes televisivos, tanto de Los Simpson como de otros programas de comedia e infantiles.
El hombre, quien permanece anónimo pero que por su ingenio y calidad moral bien podría llamarse “Homero J. Simpson”, fue enviado al hospital, donde fue atendido hasta que se encontró desintoxicado, entonces fue llevado a la prisión del condado de Baca bajo los cargos de conducir bajo la influencia del alcohol, exceso de velocidad y resistir al arresto, que se castiga hasta con cuatro meses de prisión, todo sumando una multa de unos dos mil dólares. Pero, bueno, en “años perro”, eso habría sido como unas siete veces más, así que nos alegramos de que Fido haya logrado limpiar su nombre.