Ver a una persona, en cualquier lugar o circunstancia, hurgando su nariz para después comer la ganancia es algo verdaderamente asqueroso. Pero qué pasaría si les dijera que, de hecho, esta irritante práctica es buena para tu salud… Vaya, vaya, ¿quién lo diría?
De acuerdo con un estudio publicado en la página Kidspot, devorar esos trozos de oro nasal representa una serie de beneficios para tu salud, incluyendo la defensa del cuerpo ante la caries, infecciones respiratorias e, incluso, puede desempeñar un importante papel en la detección de úlceras estomacales y VIH.
Entonces, ¿por qué son buenos para la salud? En realidad es de lo que están hechos, es decir, la mucosa, que es esa sustancia pegajosa en la parte posterior de tu garganta que contiene mucinas salivares. Estas mucinas pueden formar una barrera contra ciertas bacterias que les impiden entrar al torrente sanguíneo.
Pero si no eres muy de cavar en tu nariz para encontrar el ‘moco de la vida’, no te preocupes, eres una persona mentalmente sana, y distintos investigadores están intentando desarrollar mucosa sintética, en forma de goma de mascar o pasta comestible. Delicioso, ¿no es así?
El Profesor Freiedrich Bischinger, especialista en pulmones y enfermedades pulmonares, lleva esto un paso más adelante, pues dice que las personas que se pican la nariz son más felices, saludables y están en mejor sintonía con su cuerpo que aquellos que no lo hacen.
“Comer los restos secos que sacas de tu nariz es una gran forma de darle fuerza a tu cuerpo, pues estás ayudando a tu sistema inmunológico. Medicamente, esto tiene sentido, ya que es una forma natural de lograr fortalecer nuestro caparazón.
“En términos inmunológicos, la nariz es un filtro donde se recolecta muchas bacterias, y cuando esta mezcla llega a los intestinos funciona como una medicina”.
Si vas a tomar la palabra del profe Bischinger, sólo déjame decirte que hurgues tu nariz con mucho cuidado, ya que otros reportes afirman que esta practica puede hacerte sangrar, y esto aumenta las posibilidades de infección.
Así que sé feliz, pero con moderación, y cuida que no sea un momento vergonzoso como este chico…