Hace poco leímos sobre un joven que fingió su propio secuestro para salir temprano del trabajo. Aunque el muy listillo pensó que se saldría con la suya, la empresa se dio cuenta de la faramalla y terminó siendo despedido y arrestado. Eso nos hizo pensar: ¿Será esta la primera persona en el mundo que finge su secuestro para zafarse de un compromiso? La respuesta es no.
Aunque fingir tu propio secuestro puede parecer horroroso, es un escape muy popular bajo circunstancias estresantes. Es difícil creer a lo que algunas personas son capaces de llegar por cubrir algo por lo que están avergonzados, asustados o indispuestos. Como sea, a continuación te dejamos una pequeña lista con algunos casos sorprendentes de personas que fingieron ser secuestradas.
1. Fingió secuestro para no pagar una apuesta
Robert Brandel había perdido una apuesta de Super Bowl y quedó debiendo 50 mil dólares. Para evitar pagar esa suma, se ató al asiento trasero de su automóvil y dijo que lo habían secuestrado y robado a punta de pistola. La policía lo encontró con manos atadas y cinta adhesiva en la boca; desaliñado y, aparentemente, ansioso, aunque se sorprendieron por su actitud tranquila.
El hombre afirmó que dos hombres con los que había jugado le robaron 16 mil dólares a punto de pistola. Luego lo secuestraron y lo obligaron a conducir por el oeste de Nueva York. A los dos días del presunto secuestro, los hombres lo ataron al asiento trasero de su camioneta y lo dejaron en un estacionamiento. La historia parecía creíble al principio, pero lo delató su rostro “bien afeitado”, pues si había estado privado de la libertad durante tres días, ¿cómo es que se arregló la barba? Treinta y cinco minutos después de iniciada la investigación, Brandel cedió y reveló que fingió su propio secuestro para evitar pagar la apuesta que había perdido.
2. Se autosecuestró para solicitar una visa de inmigración
Alejandro Mario Cortés, un ciudadano mexicano, conspiró para solicitar una visa de inmigración de Estados Unidos con base en un informe de secuestro. Él residía ilegalmente en Chicago, así que buscó la ayuda de un cómplice y organizó un secuestro para ser elegible para la visa especial de víctimas de delitos.
Alejandro viajó a Minnesota y pasó varios días en una instalación de almacenamiento. Más tarde, hizo que su cómplice le atara las manos y boca, y que lo dejara en St. Paul, donde fue descubierto por un conductor de quitanieves. Durante la investigación, también afirmó haber recibido amenazas a través de mensajes en los días previos al secuestro.
Sin embargo, las investigaciones posteriores arrojaron que Cortés ya había sido deportado en dos ocasiones, una en 2001 y otra en 2010, por lo que eventualmente dieron con la mentira y denegaron su solicitud.
3. Un niño fingió su secuestro para no ir al dentista
Un niño francés de 12 años quería evitar a toda costa ir al dentista, por lo que se le ocurrió esconderse en un pueblo para evitar la temida cita. Cuando la policía lo encontró, el niño dijo que había escapado de sus secuestradores y dio una descripción muy caricaturesca de uno de ellos: un europeo musculoso de unos 30 años, con una cicatriz vertical en la mejilla derecha. También describió vívidamente la ropa y automóvil del criminal.
La policía investigó el caso durante un mes antes de comenzar a sospechar después de revisar las imágenes de seguridad del pueblo. Cuando lo confrontaron, al jovencito no le quedó de otra que aceptar haber inventado la historia para evitar su visita al dentista.
4. Se gastó el dinero en mujeres y drogas; dijo que los secuestradores lo obligaron
Parece chiste, pero esto sucedió en España, cuando un conductor gastó sus ganancias en sexo y drogas. Tras quedarse sin efectivo, vendió su motocicleta para continuar financiando su salida nocturna. Cuando prevaleció el sentido común, se dio cuenta de que había gastado de más.
Para encubrir los fondos faltantes y su falta laboral, inventó que un cliente lo había secuestrado, que lo obligó a gastar todas las ganancias en un club nocturno y que lo encerró en una cochera durante horas. Obviamente, nadie se tragó el cuento. Además, descubrieron al amigo al que le había vendido la motocicleta. No conforme, los trabajadores del club lo echaron de cabeza y confirmaron que nadie lo obligó a gastar su dinero en ese lugar.
5. Fingió su secuestro para vengarse de su novio
Jessica Nordquist conoció a Mark Weeks mientras trabajaba en una empresa de relaciones públicas en Londres. Los problemas iniciaron a las pocas semanas de que terminó su relación y Nordquist emprendió una campaña incesante de ciberacoso y venganza en su contra. Lo acechaba fuera de su casa y trabajo, lo acosó en línea, fingió un embarazo y lo acusó de abusar de ella.
La gota que derramó el vaso fue cuando Weeks recibió un correo electrónico de una persona que afirmaba tenerla secuestrada, así que dio aviso a la policía, no sin antes decirles que sospechaba que se trataba de otra de sus jugarretas. Efectivamente, las autoridades encontraron a Jessica en su casa y envió a sus colegas y amigos correos donde adjuntaba fotografías de ella desnuda y amordazada, para hacerles creer que estaba privada de su libertad. Finalmente fue arrestada y sentenciada a cuatro años de prisión.
6. Fingió su secuestro para que su novia no lo regañara
Rahmell Pettway, de 36 años, fue visto por última vez en Macon Street y después de 14 días de ausencia, finalmente regresó a su hogar atado, golpeado y alegando haber sido secuestrado, pero ¿era verdad? Al principio no podía recordar cómo terminó en esta condición. Sin embargo, luego dijo que dos hombres lo habían secuestrado, le cubrieron los ojos y lo llevaron a un lugar oscuro. Tras unas semanas ahí, finalmente lo dejaron en la calle.
Su historia mostró bastantes inconsistencias, por lo que la policía lo obligó a confesar la verdad. Pettway había mentido, hizo todo este esfuerzo para ocultar su paradero a su novia, pues estaba aterrorizado por conocer su reacción. El hombre se había ido de viaje durante 15 días y su intento de encubrirlo fue calificado como “patético”.
7. Quería evitar la cena de Navidad y fingió estar secuestrada
Días antes de Navidad, los amigos de Joanna Grenside dieron la alarma por su desaparición después de que no se presentara a trabajar. La policía encontró una alarma de violación cerca de su automóvil, por lo que comenzaron una búsqueda masiva de esta profesora fitness. El equipo de búsqueda incluyó helicópteros, perros y un montón de gente en las calles preguntando por ella. Dos días después, Grenside reapareció alegando haber sido secuestrada por dos hombres que la mantuvieron encerrada con los ojos vendados.
Cuando la policía la entrevistó, no pudieron encontrar una explicación razonable de por qué no se quitó la venda de los ojos cuando la dejaron sola en la casa. Después de presionarla a que dijera la verdad, Grenside admitió que desapareció intencionalmente porque sufría de bulimia nerviosa y no quería asistir a las fiestas navideñas porque la comida la hacía recaer y le avergonzaba tener que admitir su trastorno.
8. Política fingió su secuestro para empañar la imagen de sus oponentes
Sabrina Belcher, candidata a alcalde en Carolina de Sur, trató de realizar una campaña de difamación contra sus oponentes culpándolos de secuestrarla. Para llevar a cabo su plan buscó la ayuda de un hombre que la golpeara y rompiera las ventanas de su auto. Todo el suceso se transmitió en vivo por Facebook, donde se escucha a un hombre fuera de cuadro amenazarla y se ve que la golpea en múltiples ocasiones antes de sacarla del auto.
Belcher culpó de este intento de secuestro a sus contrincantes y puso una denuncia ante la policía, quienes descubrieron el cuento y tanto la candidata como el hombre que la ayudó confesaron que se trataba de un invento para ganarse la simpatía de los votantes.