Uno podría pensar que regalar café y llamar “cerdos” o “bastardos a los policías” no es un buen modelo de negocios, pero eso era lo que el dueño del negocio The Anarchist Cafe, en Ontario, Canadá, Gabriel Sims-Fewer, proponía a sus clientes. Lo poco sostenible de esa idea se hizo evidente el 10 de mayo de 2023 con el anuncio de su cuenta de Instagram, que declaraba que estarían cerrando sus puertas para fines de ese mes.
Luego de que múltiples columnistas escribieran sobre cómo el esfuerzo de un espacio contracultura estaba destinado al fracaso y hasta se burlaran del oxímoron de un negocio anticapitalista, el canadiense dijo que “se salvaron, extrañamente, debido a los conservadores cristianos de Texas y Florida”, grupos que históricamente no se llevan bien con las ideas comunistas e izquierdosas.
Un error muy capitalista casi fue la ruina del café anarquista
Desafortunadamente, a causa de la falta de riqueza generacional y la escasez de capital proveniente de inversionistas que no estuvieran hundidos en la bancarrota ética, he quedado imposibilitado para soportar este invierno silencioso o para crecer del modo que es necesario para que el negocio fuera sostenible a largo plazo.
– Gabriel Sime-Fewer, dueño del café ‘anticapitalista’
El 10 de mayo, el dueño del Café Anarquista y creador del proyecto de un negocio anticapitalista en el corazón de Ontario reculaba en un post de su cuenta de Instagram, en donde explicaba que se le habían acabado los fondos por falta de inversionistas que no estuvieran en bancarrota ética. Para colmo, echó la culpa a la falta de riqueza generacional y dijo que a pesar de que estar cerrando, este proyecto fue un éxito.
El colmo de la ironía: Los vecinos dicen no ir ahí por ser demasiado caro
Una de las formas básicas de mantener a un negocio es construyendo una base de consumidores y el modo en que el café anarquista los hace es vendiendo la ilusión de que sus clientes son revolucionarios y ácratas. Se trata de una ilusión porque en realidad tanto el dueño del café como sus clientes están, por supuesto, pagando impuestos en cada compra que hacen y, por lo tanto, así apoyan al sistema.
Esa ilusión y la temática rebelde del sitio es lo que atrae a sus clientes, pero quienes, aparentemente, estaban interesados en ir no tenían mucho dinero y los vecinos no se animaban a consumir porque sus precios estaban demasiado altos, excepto por el sorbo de café que se oferta gratis, lo que es compensado con precios inflados en todo lo demás.
Y lo peor de todo es que ni siquiera es tan mala idea
Aunque resulta chistoso que un café anticapitalista se vea obligado a cerrar por falta de capital, la verdad es que Sims-Fewer hizo una apuesta muy acertada dentro de un marco capitalista: ofrece un producto que la gente podía diferenciar de los numerosos Starbucks y demás franquicias cafeteras, haciéndose de un nicho en el mercado.
En otras palabras, la creación de cadenas de comida saludable no eran negocio al principio, pero al meterle inversión a compañías como Whole Foods, que usó una cantidad asombrosa de capital para comprar a los mejores proveedores de comida orgánica en Estados Unidos y fue exitosa en el proceso, resulta que el error de The Anarchist Coffee Shop parece no tratarse de ser anticapitalista (en palabras), sino no haberle invertido lo suficiente en serlo.
Nadie puede quejarse: fueron salvados por Jesús
Al final del día, y como si de un episodio de Rick & Morty se tratara, Jesús terminó salvando la situación, pues el 18 de mayo, Sims-Fewer anunció que siempre no iban a cerrar y aunque todos creímos que el proletariado del mundo se había unido para salvar su café favorito, resulta que la realidad fue mucho más surreal que eso.
En su sitio, Sims-Fewer explicó que debido a un generoso flujo de apoyo y una muy generosa donación de publicidad y atención de los Conservadores Cristianos de Texas y Florida, el Anarquista seguirá operando. El asunto es que esos grupos usualmente son procapitalistas y el conservadurismo no se lleva muy bien con el anarquismo o el comunismo, pero, quién sabe, El Camarada Jesús y los mercados obran de modos misteriosos.