Este café se volvió polémico por cobrar a los hombres un impuesto especial… solo por eso, por ser hombres. Bueno, después de dos años, el negocio acaba de cerrar.
The Handsome Her abrió sus puertas en el 2017 en la ciudad de Melburne, Australia, y de inmediato se convirtió en un local polémico. Además de servir alimentos veganos, tenía un impuesto especial para los clientes masculinos, a quienes les cobraban 18 por ciento más en el total de sus cuentas.
Según las dueñas de este café-bar, su intención con este cobro extra era protestar contra la desigualdad salarial entre hombres y mujeres. Por supuesto que su “impuesto masculino” dio de qué hablar en Australia; como dicen: no hay publicidad mala ni buena, así que el negocio sí tuvo varios clientes… al menos durante dos años.
En ese lugar se atendía primero a las mujeres y se les daba prioridad en mesas y servicio. Eso no quiere decir que fueran groseras con los clientes masculinos, simplemente les cobraban más y eso era todo. Además, el dinero extra era donado para diferentes centros de caridad y beneficencia. Estas eran las reglas del lugar:
“Handsome Her es un espacio de mujeres para mujeres. Reglas de la casa: Regla #1: Las mujeres tienen prioridad en asientos. Regla #2: A los hombres se les cobrará un 18 por ciento más para reflejar la brecha salarial de género (2016), que es donado a un servicio de mujeres. Regla #3: El respeto es hacia ambos lados”.
Sin embargo, las dueñas de este controvertido café acaban de anunciar que su negocio llegó a su fin. Dijeron que el lugar no cerraría por las quejas de hombres que criticaron su impuesto y tampoco por falta de dinero; es solo que ya no quieren seguir con su café-bar y se despidieron de su clientela.
Claro que eso fue lo que declararon a los medios, pero también hay quienes dudan que en realidad el café tuviera buenos ingresos después de dos años.
Según Alexandra O’Brien, una de las propietarias, el impuesto a los hombres fue una especie de experimento social y una protesta que duró lo suficiente. Para otras personas, la verdad es que el café quebró precisamente por su inusual cobro extra a los varones.