Tal vez el empleado de limpieza de la galería se llevó una gran sorpresa al querer llevarse esta “bolsa” y descubrir que en realidad era un pieza de arte, carísima, por cierto. Ya hemos visto que en diferentes museos se han expuesto “obras de arte” que están hechas con cosas como botellas vacías y rotas, desechables de fiestas y hasta cubetas con agua. Ahora lo nuevo en la tendencia estética europea parece ser crear piezas que se vean como objetos tan cotidianos como esta bolsa negra de basura.
Esta obra fue hecha por Gavin Turk, quien pertenece al grupo llamado los Jóvenes Artistas Británicos y estudió en el Real Colegio de Arte. Con todas esas credenciales y preparación, Turk exhibió en una galería esta pieza titulada Dump (basura), que en realidad no es una bolsa sino una masa de bronce pintada, y la puso a la venta.
Uno pensaría que nadie se interesaría por tener un pedazo de metal que parece una bolsa de basura, pero contra todo pronóstico Dump fue vendida por la casa de subastas Phillips Auction House en nada menos que 75,000 dólares. Según el propio Turk, este tipo de obras son una expresión de crítica sobre la vida consumista y la manera en que ahora todo es desechable.
Una bolsa llena de productos desechados, materia orgánica no reciclada arrojada con los subproductos de nuestro derrochador estilo de vida consumista. Estamos definidos por lo que tiramos y, a la inversa, somos deconstruidos por lo que elegimos exhibir en nuestros sagrados pasillos del museo. Te hace reconsiderar el valor del arte y el trabajo que implica hacerlo.
—Gavin Turk
Lo asombroso es que esta no es la primera “bolsa de basura” que Turk logra vender, ya que también tiene otras piezas de bronce que parecen objetos como vasos de plástico desechables, sacos para dormir y hasta cajas de cartón. Incluso, vendió en 131,000 dólares una escultura que parece una pila de estas bolsas negras.
No es que estas nuevas piezas de arte moderno sean pura basura, pero su intención es parecerlo. Mientras que tú te complicas la vida queriendo aprender a pintar, a esculpir o a dominar algún instrumento musical para triunfar en el mundo del arte, Turk recibe miles de dólares por su “basura”. Seguramente la crítica de arte Avelina Lésper está haciendo otro coraje más.