Varios estados del país del Tío Sam se unieron a la medida HB 142, que, en pocas palabras, es una ley que busca restringir el acceso de menores de edad a páginas pornográficas, ya que, por lo visto, muchos mienten al decir que tienen más de 18 años y no cabemos en nuestro asombro porque todos sabemos que a Diosito no le gustan las mentiras.
Pero te preguntarás cómo pretende hacerle la policía cibernética para prohibirle el paso a estos pubertos pecadores. La idea es que un cadenero virtual le solicite a todos los usuarios una identificación para demostrar que, en efecto, tienen las primaveras necesarias para entender que eso de las abejitas es puro cuento de los papás.
El problema es que la legislación tiene brechas considerables, pues, aunque sabemos que siempre y en todo momento diversos aparatos tecnológicos nos escuchan, resulta totalmente diferente el acto de entregar la identidad a una página de esta índole, pues quien tenga acceso a esta información, también podría echarle un vistazo a los gustos y preferencias de la población y pues ya hay un capítulo de Black Mirror que lo explica.
Por otra parte, la medida, que ya fue aprobada por Louisiana, Florida, Kansas, Dakota del Sur y Virginia Occidental, solo pide la verificación de edad para entrar en sitios que contengan un 33.3 por ciento o más de material pornográfico. O sea que si un página web tiene un 66.8 por ciento de fotos de Nicolas Cage y el resto de pornografía, todo bien (pero qué incómodo).
Finalmente, aunque la medida sigue en pañales, cada vez más estados se unen a aplicar leyes similares para evitar que menores de edad dañen su percepción sobre las relaciones sexoafectivas, lo que significa que muy pronto caerán las restricciones acá en Latinoamérica y, por lo tanto, nacerán muchos McLovin de las entrañas de la ilegalidad.