Una mujer coreana se convirtió en el ejemplo de la perseverancia y casi casi le copió su personalidad a Bob Esponja, pues, al igual que nuestra esponja favorita, Cha Sa-soon invirtió una considerable cantidad de tiempo y dinero para conseguir su licencia de manejo y nunca se rindió hasta lograrlo.
Sucede que la originaria de Corea del Sur deseaba con locura y pasión desenfrenada su permiso para conducir, ya que necesitaba transporte para surtir su frutería y como el país de Asia Oriental no es como México, donde nomás te sales así a la brava con la bendición de Dios, la mujer siguió el procedimiento adecuado.
Por eso, siguiendo las reglas como buena ciudadana, Cha Sa-soon acumuló la impresionante cantidad de 960 intentos y gastó 13 mil 500 dólares para graduarse de la escuela de manejo. Cabe mencionar que 780 de esos intentos fueron exclusivamente para aprobar el examen teórico, que presentó cinco días a la semana por tres años.
Después le bajó un poco a la intensidad y empezó a ir dos veces a la semana, acumulando otros 170 exámenes teóricos y, finalmente, 10 más en la prueba de manejo, culminando así lo que comenzó una bella mañana del año 2005.
Cuando finalmente obtuvo su licencia, todos salimos a animarla, abrazarla y le dimos flores. Se sentía como una gran carga cayendo sobre nuestras espaldas. No habíamos tenido las agallas de decirle que renunciara porque seguía viniendo.
—Instructor de manejo de Cha Sa-soon AKA la señorita Puff
Por último, la historia tiene un segundo final feliz, pues, además de obtener su licencia, la marca de autos Hyundai contrató a la perseverante Cha Sa-soon para aparecer en un comercial de su marca y… (tambores) le regalaron un vehículo nuevo valuado en la cantidad de dinero que gastó en las casi mil pruebas realizadas. A continuación te dejamos el comercial.