En otras ocasiones habíamos escuchado historias de superación y luchas por los sueños, pero incluso otras que suenan increíbles de hombres que a sus setenta y tantos consiguen su título universitario palidecen ante la audacia del hombre que hoy nos ocupa, que ha logrado sorprendernos a sus 86 años de edad.
Felipe Espinosa Tecuapetla, oriundo de Puebla, ha conseguido el grado de ingeniero tras haber estudiado toda la carrera, que culminó con su defensa de tesis en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Pero su historia no acaba ahí, pues él aclaró que el título obtenido no era su única meta, sino que es un medio para sus próximos planes.
No existe el demasiado tarde
A sus 79 años, allá por 2016, el ahora ingeniero iniciaba sus estudios en el campo de la ingeniería de Procesos y Gestión Industrial en las aulas de la BUAP, esfuerzo que era visto con incredulidad por algunos y con admiración por todos. En compañía de su hija e hijo, quien también se recibió de ingeniero, el octogenario recibió su título de manos de la Dra. María Lilia Cedillo Ramírez, rectora de la BUAP.
Además, es compañero de generación de su propia nieta, con quien compartió aula durante el curso de tronco común Contaduría Pública, lo que, sin duda, fue una experiencia única para ambos, que realmente nunca se habían imaginado que tendrían a tales compañeros de clases.
Aunque el papel no lo es todo, ahora las cosas serán diferentes
Dirán que ya estoy grande, y tienen razón, pero ya lo he conseguido, me he recibido de ingeniero. Yo he trabajado toda mi vida sin necesidad de papeles, pero ya no es lo mismo, porque ahora tengo el título y eso lo cambia todo.
-Ing. Felipe Espinosa Tecuapetla
Si bien es cierto que el título no hace al ingeniero, sin duda, el papel es un testamento a los esfuerzos que se tuvieron que hacer para aprobar un plan de estudios y demostrar que se está a la altura del mercado laboral, por lo que, “aunque no lo es todo”, sí da satisfacción y nos permite constatar que la ceremonia y el valor del reconocimiento no tienen precio.
Empecé a trabajar desde muy niño, pero este es el comienzo de mi nueva historia. No descarto seguir estudiando, porque esto está muy bien, realmente.
Con cinco hijos y siendo viudo desde hace 15 años, el inge se encuentra satisfecho de sus decisiones de vida y asegura que “la vida es fácil, pues está en uno, es de uno”. Por ello “haber esperado tanto para conseguir su título” no es algo extraño o lamentable, sino que simplemente fue como debieron darse las cosas en primer lugar. Con toda una vida de trabajo, pero ya con una visión fresca de su futuro, el Ing. Espinosa es optimista sobre lo que traerá el futuro.