Cuando se tiene pasión por el trabajo no existe ningún impedimento que pueda detener a un hombre que está acostumbrado a mantenerse activo; este abuelo es un gran ejemplo de esfuerzo que todos deberíamos seguir.
Francisco Sánchez es un adulto mayor que solía trabajar como entrenador de natación, pero cuando se jubiló no le gustó la idea de quedarse en casa sin hacer nada de provecho. Este varón chapado a la antigua se encontró un nuevo trabajo muy moderno.
Se convirtió en repartidor de comida y aprendió a usar la aplicación Uber Eats para atender los pedidos de sus clientes cerca de la Plaza Reforma y del Poliforum en la ciudad de México. Usualmente quienes trabajan usando esta app se trasladan en carro, moto o en bicicleta, pero este hombre no cuenta con uno de estos medios de transporte.
Eso no lo detiene y “Panchito” -como le dicen en las redes sociales- hace sus entregas a pie. Él recibe pedidos en su teléfono, va a los restaurantes por la comida y se va caminando hasta el lugar de entrega.
Los pedidos con este abuelito repartidor obviamente son un poco más tardados, pero los clientes saben que los hace caminando y además él siempre atiende a todos con mucha amabilidad.
Su historia fue conocida en las redes gracias a una de sus clientes que publicó en su cuenta Facebook la foto de Francisco, pidió que lo ayudaran con pedidos, que fueran pacientes, que le dieran buenas propinas y la publicación se hizo viral.
Muchos pensaban que este abuelo alfa trabajaba porque no tenía nadie que lo ayudara económicamente, pero después se supo que sí tiene familia y una de sus hijas comentó que él solo quiere mantenerse activo; no lo hace por necesidad, sino por gusto.
Ojalá con el tiempo pueda tener mejores herramientas, como un vehículo, para que siga haciendo sus entregas. El esfuerzo de este abuelito nos demuestra que los años no son impedimento para detenerse.