Muchas personas se empeñan en imaginar cómo será cada detalle del día de su boda, desde su vestido, la decoración del sitio, los invitados, el itinerario hasta el festín e incluso las conversaciones, para que algún día, ese matrimonio ideal se lleve a cabo. Por supuesto, un detalle insignificante como no haber encontrado al indicado no detendría a una soñadora que ya se tomó la molestia de planearlo todo.
Dottie Fideli, de 77 años, es una de esas soñadoras que siempre estuvo a la expectativa de encontrar a un hombre ideal con quien compartir su vida luego de haber tenido la boda perfecta, pero a falta de un galán que le haga segunda, la mujer decidió que ya esperó suficiente y se casó consigo misma, pues “Si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo”.
Más vale tarde que nunca: Planes de toda una vida concretados al fin
Siempre quise casarme y tener una vida feliz con mi esposo, pero las cosas simplemente no ocurrieron de ese modo y como no me funcionó de esa manera, ahora tengo una segunda oportunidad para hacer algo que me hará feliz. Sin duda, esto es lo que siempre he deseado.
– Dottie Fideli
Luego de haber estado esperando toda su vida a que llegara el hombre indicado, la mujer septuagenaria se cansó de esperar y decidió que lo mejor era prescindir de su media naranja y completarse a ella misma con una ceremonia en el centro comunitario del asilo de ancianos O’Bannon Terrace, en Goshe, Ohio, Estados Unidos.
Su hija, Donna Pennington, hizo todo lo posible por cumplir con los deseos de su mamá y llevó toda la comida que se necesitaba y decoró el sitio para la ocasión, que fue compartida por familia y amigos.
Ve y cumple tus sueños: Mejor sola que mal acompañada
Dottie asistió a la ceremonia engalanada con su vestido blanco y cinto plateado, con el reglamentario velo albo, en una ceremonia con pompa y circunstancia donde se declaró a sí misma sus votos de amor eterno con una lila blanca, “símbolo del amor propio”.
Dottie estuvo casada hace casi 60 años, pero aquella vez se vistió de negro, “por lo que la cosa estaba condenada a fracasar”. Nunca tuvo una relación muy cercana con su marido y la rutina terminó acabando con su matrimonio. Pero en esta ocasión, la mujer espera que todo sea distinto.
Terminó muy contenta con su “nueva esposa”
Así que esto es lo que hice, me casé conmigo misma y apreciaría si toda la gente pudieran simplemente aceptarlo por lo que es, una muestra de amor propio. Veo a la gente haciendo esto, celebrando con estas flores y viviendo sus vidas pensando que serán felices y que todo será miel sobre hojuelas, pero no consideran el interior de uno mismo, que es donde realmente florece la felicidad.
Aunque al principio se sentía muy nerviosa por encontrarse con su prometida, la mujer se lanzó al altar para ver si conseguía “su final feliz”. Al final del día, Dottie se dijo muy satisfecha con la ceremonia y muy apoyada por sus seres queridos que la acompañaron, que, sin duda, fue realmente lo que la ayudó a sentirse aceptada en su poco convencional decisión.