Aunque una mascota nos ofrezca un afecto incondicional y alegre nuestras vidas, a veces tenemos que tomar la difícil decisión de aceptar que no podemos hacernos cargo de su cuidado y permitir que tenga una segunda oportunidad en otro hogar.
Un niño anónimo en México dejó a su perro Max encadenado a la banca de un parque, con un pequeño bote con croquetas y una nota muy emotiva en la que explicaba por qué había tenido que hacer esto por el bienestar de su mascota.
Una mañana de noviembre del pasado año 2020, la organización comunitaria conocida como Mascotas Coyoacán recibió una llamada en la que se les informaba que había un perro abandonado, atado a una banca y que se mostraba muy agresivo con quienes se le acercaban.
Los rescatistas de animales fueron a ver de qué se trataba y al llegar, tuvieron que llamar a un experto entrenador de animales para que les diera instrucciones de cómo acercarse a él sin alterarlo. Entonces se dieron cuenta de que el perro no era agresivo, sino que estaba asustado. Poco a poco se fueron acercando, hasta lograr leer la nota que estaba junto a él.
Hola, por favor, adóptame, Max. Por favor, te pido que adoptes a este perrito y lo cuides muy bien. Dejar aquí a mi perrito me duele mucho, pero tomé la decisión de dejarlo porque mis familiares lo maltrataban y siempre me dolía verlo en esas condiciones. Así que si lees esto y te tientas el corazón, por favor adóptalo y cuida muy bien de él. Y si no, por favor deja la nota en su lugar para que otros lo lean y lo adopten. Gracias.
Su antiguo dueño se dio cuenta de que el perro era maltratado en su casa y por eso tomó la difícil decisión de dejarlo en el parque con esta nota como instrucción para que alguien más pudiera hacerse cargo de Max.
La rescatista Marcela Goldberg logró tranquilizarlo y acercarse para desencadenarlo. Estuvo paseando con él un rato para ganar su confianza y después subirlo a un vehículo para trasladarlo a una casa temporal. Con el fin de celebrar su rescate, le cambiaron el nombre a Boston.
Su cuidadora le dio las atenciones que necesitaba y pusieron avisos en las redes sociales de Mascotas Coyoacán para que las personas conocieran a Boston y lo adoptaran. Este perro se ganó una segunda oportunidad e, incluso, estuvo en cursos de entrenamiento básico.
Así fue recuperando la confianza con las personas. Además, aprendió a convivir con otros perros. Boston todavía está esperando encontrar a una nueva familia, pero debido a la contingencia sanitaria, se ha vuelto más tardado su proceso de adopción.
Quizá la manera de dejarlo encadenado y abandonado a la bondad de otras personas no fue lo adecuado, pero fue quizá lo único que se le pudo ocurrir a un niño, quien no quería que su mejor amigo siguiera sufriendo. Fue una decisión dolorosa, pero debido a ella, Boston podrá tener una nueva vida y eso es lo más importante.