Hay historias que simplemente son difíciles de creer, como personas que son víctimas de aparatosos accidentes y salen de ahí con una costilla rota o gente que sobrevive un gran incendio. En fin, un montón de anécdotas que sabemos que no ocurren a menudo y nos atrevemos a decir que son una en un millón.
El día de hoy les contaremos sobre 10 personas que sobrevivieron a las situaciones más intensas y aparatosas, hasta terminarás preguntándote: ¿cómo lo hicieron? Bueno, tal vez es porque no les tocaba…
1. Charles Herbert Lightoller
Charles fue el segundo oficial a bordo del Titanic y antes de esta experiencia, él ya había experimentado la ira del mar en muchos viajes a bordo de barcos como Primrose, Holt Hill, Primrose Hill, Knight Companion, entre otros, así que este no era su primer rodeo. Sin embargo, no estaba preparado para la noche del 14 de abril de 1912, cuando el barco chocó contra un iceberg.
Charles ayudó a poner a salvo a casi 47 botes con mujeres y niños. Cuando no quedaron más, el primer oficial le ordenó subir a uno de los botes, pero él insistió en quedarse atrás con la intención de salvar más vidas. Momentos después, el barco se sumergió por completo, jalándolo con él mediante un conducto de ventilación. Le resultó difícil nadar de vuelta a la superficie y hasta pensó que ese sería su fin, pero entonces una de las calderas explotó. La fuerza de la explosión lanzó al marinero a la superficie. Charles, junto con algunos miembros de la tripulación, se aferraron a un bote volcado, hasta que el Carpathia llegó a salvarlos.
El 1 de junio de 1940, con 66 años de edad, Charles llevó su barco, el Sundowner, a Dunkerque para ayudar al ejército atrapado, salvando a 130 hombres. No cabe duda de que Charles Herbert Lightoller fue un verdadero héroe.
2. José Salvador
José era un pescador de El Salvador que salió en un viaje de pesca junto a su compañero de trabajo, Ezequiel, en noviembre de 2012. Poco después de iniciar su viaje, su barco se desvió debido a una fuerte tormenta de cinco días. Aunque José y su compañero pudieron atrapar 500 kg de pescado, tuvieron que tirarlo todo para ayudar al bote a resistir el mal tiempo.
Sin remos, anclas y ningún dispositivo satelital, el barco comenzó a navegar sin rumbo fijo en el océano. José y Ezequiel solo tenían un puñado de suministros que pronto comenzaron a escasear. Se alimentaron de algunos peces y tortugas, y recolectaron agua de lluvia siempre que les fue posible, pero la mayoría de las veces se vieron obligados a beber sangre de tortuga o su propia orina.
Después de estar en el océano durante cuatro meses, Ezequiel enfermó y murió. Varios meses más tarde, un 30 de enero de 2014, José vio un pequeño pedazo de tierra, nadó a ella y entró en contacto con la civilización humana. Había pasado 13 meses a la deriva. Mucha gente no creyó la historia de José, pero los investigadores pudieron confirmar que muchos detalles de su relato tenían sentido.
3. Frane Selak
Selak es probablemente el hombre con más buena suerte del mundo o peor, depende de cómo lo vean ustedes. En 1962, Selak escapó a la muerte por primera vez. Viajaba en tren cuando este se volcó, se salió de la vía y cayó a un río. Selak fue rescatado, mientras que los otros 17 pasajeros murieron. Al año siguiente, el hombre realizó su primer viaje en avión, pero una de las puertas de emergencia no funcionaba y Selak fue arrojado fuera de la aeronave. Por fortuna, aterrizó en un pajar. El avión se estrelló más adelante y el resto de los pasajeros murió.
Tal vez creas que dos roces con la muerte son suficientes, pero no. A tres años del último accidente, Selak iba de viaje en un autobús cuando este se estrelló contra un río. Cuatro pasajeros perdieron la vida, pero Selak nadó hasta la orilla con solo unos moretones.
Años más tarde, Selak conducía su automóvil cuando el tanque de combustible explotó, pero este logró escapar segundos antes. En otro incidente, la gasolina de una bomba de combustible prendió en llamas e hizo que su automóvil saliera volando por los aires. Este hombre terminó con el cabello quemado. Sin embargo, sobrevivió una vez más.
En 1995 fue atropellado por un autobús. Logró sobrevivir con heridas leves. El último incidente fue de los más aparatosos. Estaba en su auto cuando chocó con un camión de las Naciones Unidas en una carretera montañosa. Después de chocar con el camión, se desvió a una barrera de tráfico al borde de la carretera y la puerta del auto se abrió de golpe. Como no llevaba cinturón de seguridad, fue expulsado del coche, pero afortunadamente se las arregló para agarrarse de un árbol y vio caer su auto al vacío.
Con tanta buena suerte, lo mejor que podría hacer es comprarse un boleto de lotería, ¿no es así? Pues Selak lo hizo y se ganó un millón de dólares tan solo dos días después de su cumpleaños número 73. Compró una casa y un barco con sus ganancias y regaló el resto a sus familiares y amigos. Esperamos que ese bote no termine hundido.
4. Los sobrevivientes del 11 de septiembre
Todos recordamos el 11 de septiembre de 2001 como uno de los sucesos más trágicos de la historia. Muchas personas perdieron la vida o a sus seres queridos. Pero en medio de todo el caos y la incertidumbre, hubo algunas personas afortunadas que se aferraron a la protección de las escaleras de los edificios y sobrevivieron al accidente.
Todo ocurrió en la escalera situada en el medio de la Torre B del World Trade Center. Había 16 personas en total: un ingeniero, un contador, un empleado temporal, un oficial de policía y 12 bomberos. Todos ellos, sosteniéndose del barandal de protección, lograron sobrevivir mientras veían cómo las paredes a su alrededor se caían en pedazos. La gente aterrizó en los pisos de abajo y quedaron enterrados en los escombros, pero fueron rescatados exitosamente. La mayoría de ellos quedó con traumas severos y tuvieron que buscar ayuda profesional.
5. Vesna Vulović
En 1972, Vesna era azafata del vuelo JAT 367 que iba de Estocolmo a Belgrado con escala en Copenhague y Zagreb. Era la primera vez que Vesna viajaba a Dinamarca, por lo que estaba muy emocionada y ya había hecho planes para su estancia en el país. Sin embargo, sus planes cambiaron drásticamente.
El vuelo llegó a Copenhague a las 14:30 horas, y Vesna dice haber dicho tanto a todos los pasajeros como a la tripulación que desembarcaran, incluido un hombre sospechosamente molesto. Ella cree que ese señor fue quien puso la bomba en el equipaje y la facturó hasta Belgrado. Esta persona no volvió a abordar el vuelo y despegaron a las 15:15 horas.
Alrededor de las 16:01 horas, la bomba explotó. El avión se rompió en pedazos en el aire y Vesna cayó a una altura de 10 mil metros hacia el suelo. De los 28 pasajeros y miembros de la tripulación, solo la azafata aterrizó con vida. Fue encontrada por un aldeano que la escuchó gritar de entre los escombros. El impacto le provocó múltiples heridas y entró en coma durante muchos días en el hospital. Tenía el cráneo fracturado, dos piernas rotas, tres vértebras rotas, costillas rotas y la pelvis fracturada. Las heridas la dejaron paralizada de la cintura para abajo, pero pudo recuperarse, aunque jamás volvió a caminar bien.
Vesna se convirtió en un héroe nacional en Yugoslavia. En 1985 se le otorgó un lugar en el Libro Guinness de los Récords Mundiales como la persona que sobrevivió a la caída más alta sin paracaídas.
6. Aron Ralston
Aron estaba caminando solo en el Cañón Blue John, en Utah, Estados Unidos, el 26 de abril de 2003. Mientras descendía por un estrecho cañón, una de las rocas se desprendió por encima de él y aplastó su mano derecha contra la pared del cañón. Nadie sabía que se encontraba en ese lugar, por lo que, en su ausencia, nadie sabría dónde buscarlo. No tenía esperanzas de sobrevivir.
Durante los días siguientes, comenzó a comer la poca comida que tenía. Sobrevivió así durante cinco días y después se vio obligado a beber su propia orina para no deshidratarse. Cuando todos su métodos para liberar su brazo no funcionaron, Aron decidió amputarlo con una navaja multiusos que llevaba. Pronto se dio cuenta de que debía romper su hueso para liberarlo por completo.
https://youtu.be/NerTo86BE9w
En la pared del cañón, grabó su nombre, fecha de nacimiento y muerte, pues creía que no sobreviviría la noche. Grabó sus últimas palabras en un desgarrador video dirigido a sus padres y se dispuso a dormir. A la mañana siguiente, descubrió que su brazo había comenzado a descomponerse, lo que le permitió romperlo por completo y salir de ahí. Caminó unos 12 kilómetros antes de tropezar con una familia que se encontraba caminando por el lugar. Ellos alertaron a las autoridades y, por fin, rescataron a Aron.
Al momento, el hombre había perdido 18 kg y el 25 por ciento de su sangre en volumen. Las autoridades recuperaron su brazo, el cual fue incinerado y Aron esparció sus cenizas en el mismo lugar del accidente durante su cumpleaños número 28. Según él, ahí es donde pertenecen.
7. Richard Norris Williams
Richard fue un consumado tenista que planeaba participar en torneos estadounidenses y entrar a la Universidad de Harvard, aunque por poco no lo logra. Él y su padre estaban a bordo del Titanic cuando se hundió. Su padre murió aplastado por el embudo de la proa del barco, pero Richard se aferró a un bote. Sin embargo, su cintura quedó expuesta a las heladas aguas hasta que fue rescatado.
El médico de rescate recomendó la amputación de ambas piernas, pero él se negó. Comenzó a hacer ejercicio a diario y, finalmente, se recuperó. Mantuvo su carrera en el tenis y entró en Harvard. A pesar de su traumática experiencia y lesión, se adelantó para ganar los dobles mixtos de Estados Unidos de 1912. Se convirtió en el campeón individual de Estados Unidos en 1914 y 1916, y en 1920 ganó el campeonato de dobles masculino de Wimbledon. Se convirtió en el medallista de oro olímpico de 1924.
Además, sirvió en el ejército de los Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial y fue galardonado con el Chevalier de la Legion d’Honneur y la Croix de Guerre. Sin duda, el destino de Richard no era morir en aquel lamentable accidente.
8. Betty Lou Oliver
El 28 de julio de 1947 ocurrió una tragedia en el Empire State Building. Un avión bombardero B-25 se estrelló contra el edificio y la colisión mató al piloto, a dos personas en el avión y a 11 personas dentro del recinto. El choque destruyó los cables de dos ascensores, ambos se encontraban en el piso 79 y se estrellaron contra el suelo.
En uno de ellos estaba Betty Lou Oliver, una operadora de ascensores de 19 años. Oliver se rompió el cuello, la espalda y la pelvis por la caída, pero sorprendentemente ¡sobrevivió! Es difícil decir si fue la suerte de la mujer o la magia de la física lo que le salvó la vida, ya que los cables rotos del elevador se enrollaron uno encima del otro debajo del aparato y formaron una estructura en forma de cojín que amortiguó la caída.