Zara Home vuelve a sorprender a los consumidores presentando un nuevo producto en su tienda en línea: una escoba y recogedor. Parece algo inofensivo, un artículo que todos necesitamos en casa para hacer el aseo, pero todo se pone tenso cuando ves el precio, ya que te puedes llevar a casa estos dos productos por 37 dólares.
Llega una edad en donde, independientemente del sexo que tengamos o género con el que no identifiquemos, nos convertimos en señoras. Sí, ese momento preciso en el que, sin darnos cuenta, entramos al pasillo de los toppers para ver el precio, nos peleamos hasta en la fila de las tortillas o le pedimos al mesero que le baje poquito a la música para platicar.
En cuanto a la casa, buscamos un lugar limpio y bien presentable, así como le gusta a la tía Martha Debayle: vivir bonito. No está demás tener un producto nice o aesthetic, como le dicen los chavos. Zara Home puede ser el lugar ideal para que la señora que todos llevamos dentro empiece a sulfurar al ver que esta tienda vende una escoba y un recogedor a un precio exorbitante. Ni que hubieran salido del castillo de La Bella y la Bestia.
No es que no nos podamos dar unos lujitos de vez en cuando, pero al ver la funcionalidad y el diseño, no es algo que no podamos encontrar en cualquier tienda de la esquina a menos del 20 por ciento del precio que Zara maneja. Sí, ya samos que lo que Zara vende no es el producto, sino la marca. “Vende emociones”, dirían los mercadólogos, pero hay que encontrar límites.
Verás, según la descripción del producto, los palos o bastones, tanto de la escoba como el recogedor, son de madera de haya en color “natural” (porque hasta entre las maderas hay distinciones por color. No te confundas). Tu piso podrá ser acariciado y desprovisto del polvo por las suaves cerdas de acrílicas. Por su parte, el recogedor es de metal lacado y en su mango se puede enganchar la escoba en dos posiciones diferentes para un mejor almacenaje.
Zara ha sido señalada en numerosas ocasiones de ofrecer productos para la vida diaria a precios elevados. Y quiénes somos para juzgar, “la que puede, puede”, dirían por ahí. Pero si te puedes comprar lo mismo a un menor precio, una acariciada al ahorro no estaría mal. Nosotros preferimos quedarnos en casa limpiando como la Cenicienta, si se puede con plumero y sacudidor, porque ya descubrimos que somos como la muñeca fea, nomás nos quiere “la escoba y recogedor”.