Las colecciones, como los matrimonios, requieren pasión y amor para comenzar, así como dedicación y paciencia para hacerlas madurar y mantenerlas saludables. A pesar de sus similitudes, en ocasiones no son compatibles.
Manuel Tajiboy tomó la decisión de sacrificar su colección de vehículos a escala Hot Wheels con el propósito de sufragar los gastos de su boda. Su esfuerzo se hizo público en Facebook y como no hay nadie que aprecie más los gestos románticos que los internautas anónimos, la fotografía pronto se volvió viral y fue inundada con consejos y advertencias para el novio.
Que no te mangonee
Si bien hubo exclamaciones de aprobación hacia el acto del joven, quien estaba dispuesto a renunciar a aquello por lo que se había esforzado largamente, no faltó quien le advirtió sobre esa “mala mujer” que “lo obligaba a deshacerse” de una colección que sin duda le había costado gran esfuerzo construir.
Los mensajes que evocaban el modo en que se habría desperdiciado la dedicación del novio iban desde “No mms, ayúdenlo, seguro lo están obligando” hasta el conciso “Si tienes que venderlos, no te cases con ella”. La mayoría de los internautas le decían que “ahí no es” donde debe ir o estar. Además, muchos le aconsejaron que si tiene que hacer esa clase de sacrificios, mejor no debería casarse.
Entusiasta de los Hot Wheels
Es evidente el amor que Tajiboy le profesa a los modelos a escala de autos dado que mantiene una página en Facebook en la que exhibe, con clara pasión, algunas de las piezas más destacadas de las que ha conseguido agregar a su garaje Hot Wheels.
Sí despierta cierta lástima que en sus publicaciones más recientes empiece a exhibir sus piezas de colección junto con términos y condiciones para rifarlas y obtener la mayor cantidad posible de dinero por los autos. Ojalá que por lo menos su señora aprecie el sacrificio.
Carritos de juguete: verdaderos tesoros
El hobby de coleccionar nos conecta con nuestros intereses y representa una parte de lo que somos: no es una pérdida de tiempo, sino un modo de expresarnos y comunicar nuestra pasión a otros. Por esto mismo, sin importar si son carritos, libros, monedas, discos o cualquier otro objeto, las colecciones tienen valor para quienes la amasan.
En algunos casos, el valor de una colección es no solo subjetivo, sino prácticamente universal, como con la colección de más de 7000 autos Hot Wheels y objetos relacionados, perteneciente a Bruce Pascal, valuada en 2019 en 1.5 millones de dólares y que contiene el carrito prototipo Pink Beach-Bomb#1, el Hot Wheels más caro, con valor de 150 mil dólares. Ese sí pagaría una suntuosa boda.
No son cosas de niños
Es posible que uno de los argumentos para que alguien se deshaga de su colección de Hot Wheels podría ser que “se trata de simples juguetes y que son para niños”, pero nada podría estar más lejos de la realidad.
Aparentemente cerca del 20 por ciento de las ventas de Hot Wheels son hechas a adultos, que si bien pueden ser coleccionistas de hueso colorado, también puede ser una persona común, pues “a cualquiera le gusta tener el carro que conduce a diario a su trabajo o su auto de ensueños o aquel vehículo que fue su amor de juventud, en el escritorio”.