Cuando se está borracho pasan varias cosas: te quedas dormido, te pones necio, haces cosas que normalmente no harías y lo olvidas todo al día siguiente. Eso último es muy común, por lo general el alcohol en grandes cantidades hace que tu mente olvide ciertas cosas de la noche anterior, como que adoptaste un canguro en línea… Bueno, eso le pasó al protagonista de nuestra siguiente historia.
A Peyton Haag le gusta la fiesta, y qué mejor festejo que la víspera de Año Nuevo para dejarte perder en el alcohol y las malas decisiones. El último día del año pasado el joven adoptó a Poppy el canguro, en una página de beneficencia que se dedicar a repartir donativos entre los animales de su refugio. Al parecer Peyton ni siquiera se había dado cuenta de lo que hizo, pues dice que de tan borracho que estaba olvidó por completo lo que sucedió en Año Nuevo.
Fue hasta que comenzó a notar que desde el día 2 de enero su banco le informaba que 5 dólares eran deducidos cada semana de su cuenta, pero pensó que era algún tipo de impuesto o pago por servicios que tenía contratados; ya saben, que el Spotify, que el Netflix, etc., así que no le dio mucha importancia al principio.
Sin embargo, conforme pasaba el tiempo y el cargo seguía saliendo en su estado de cuenta, Peyton decidió indagar más, y se dio cuenta de que en su teléfono había una nota del 1º de enero que decía: “Resolución de Año Nuevo: Ir a conocer a Poppy”. Fue ahí donde todos los puntos conectaron, y el joven finalmente se dio cuenta de que había adoptado a un canguro bebé. “No fue hace mucho que me di cuenta que ese cargo semanal no era normal y no se trataba de mis suscripciones mensuales, así que busqué más información y me di cuenta que se trataba de un grupo de cuidado ambiental y vida animal”.
Sin embargo, después de una extensa investigación el joven se dio cuenta de que la mayoría del dinero que donaba a la causa no iba directo a ayudar al canguro, sino que la página lo usaba para apoyar a todos los animales de la organización, incluido Poppy.
Después de darse cuenta de su error, Peyton decidió no abandonar por completo la idea de ayudar a estos animalitos, por lo que buscó una nueva organización que le aseguró que sus donaciones irían directamente a la cuenta del canguro que él decidiera apadrinar, y él eligió a dos nuevos joey, como también se les conoce a los canguros bebés.
“Asumo que me decidí a adoptar al canguro aquella noche porque también estaba sonando mucho lo de los incendios en Australia y yo estudié 5 meses allá, así que me siento muy apegado a ese país”, agregó Peyton en sus publicaciones.
Además de poder patrocinar a algunos canguros en distintas reservas naturales, Peyton también visita frecuentemente estos lugares y convive con los animalitos. Está feliz de poder ayudar y espera que su divertida historia inspire a más personas a ayudar a la naturaleza.