Las historias de noches de copas que se salen de control se cuentan por montones, aunque algunos las guardan en secreto porque les da pena reconocer lo que hicieron o ni siquiera se acuerdan de sus aventuras, tal como lo vimos en las famosas películas de ¿Qué pasó ayer? Ahora esta historia nos confirma que nadie está exento de cometer alguna locura cuando el alcohol en exceso se apodera de ellos.
Resulta que Lewis Oldfield, como solía llamarse este joven británico de 23 años, estaba de parranda con sus amigos y de repente se pusieron a imitar las presentaciones de los gladiadores de la lucha libre, así que a él lo presentaron como John Cena. Ya sabemos que al calor de las copas, todo puede suceder, así que empezaron a surgir los retos, aunque nadie esperaba que fueran tan lejos. La cuestión es que a Lewis ni siquiera le gusta la lucha libre…
Estábamos jugando, fingiendo hacer anuncios como en la WWE y uno de mis amigos estaba presentando a John Cena.
-Lewis Oldfield
De pronto surgieron las apuestas y los retos para ponerle más sabor a la velada. Al principio se habló de que Lewis se hiciera un tatuaje de John Cena, algo que ya se ha vuelto común en los retos de borrachera, pero sus amigos fueron más allá y lo retaron a que se cambiara su nombre por el del luchador, y como este joven nunca dice que no cuando alguien lo reta, aceptó.
Luego de pagar unos 150 dólares, arregló documentos bancarios y hasta su pasaporte para que tenga su nuevo nombre: John Cena. Después de la borrachera, este no le pareció tan mal y decidió conservarlo, aunque todavía no tiene el valor para decírselo a su padre, ya que es una persona muy seria, en cambio, su madre lo tomó con sentido del humor. Un cambio no le viene mal a nadie. Además, su nuevo nombre es fuerte y popular.