Los videojuegos son de los medios más criticados e incomprendidos porque siempre les echan la culpa de la violencia o conductas antisociales, pero no son tan malos como se les pinta. Sin embargo, hay algunos, como el Grand Theft Auto (GTA), que probablemente se han ganado a pulso su fama de “no aptos para menores” por sus contenidos cuestionables y a los que definitivamente no querríamos que los pequeños tuvieran acceso.
Resulta que una madre quiso hacer feliz a su hijo de 11 años regalándole el juego de GTA, que es uno de los más populares por su tremenda cantidad de contenido y gran calidad de producción, que lo ponen un paso adelante de prácticamente cualquier otro juego de acción y sandbox de la competencia. Lo único malo del asunto es que el niño era demasiado pequeño y cuando a su mamá se le ocurrió leer de qué se trataba, se dio cuenta de que el juego es sobre de robos y crímenes violentos, por lo que se lo quitó y lo devolvió a la tienda, para desmayo del muchacho.
Desencanto navideño: Leyendo las letras chiquitas
A través de la cuenta de Twitter de María (@camilahuertasgu) pudimos ver cómo su hermano se emocionó al recibir el videojuego como regalo de Navidad, pues, tal vez, ya se veía disfrutando del tremendo mundo de GTA, pero en eso, a su mamá se le ocurrió pedirle el juego para ver de qué se trataba y quedó horrorizada al averiguarlo.
Al leer las letras chiquitas, la madre se enteró de que el regalo de su retoño le permitiría entrar en el “maravilloso mundo” del robo de bancos, la trata de personas, asaltos, asesinatos y tráfico de sustancias ilegales, sin olvidar el robo de vehículos que le da nombre al juego. En el momento en que se dio cuenta de la naturaleza del videojuego, se lo decomisó, para ir a cambiarlo por algo más adecuado para su edad. Parece que ahora el chico tendrá que esperar a ser mayor de edad para iniciar su vida de crimen virtual.
Le aplicaron la catafixia: El Grand Theft Auto no es para chavos
El post de María se volvió viral, con cerca de un millón y medio de vistas, seguramente por lo extraño de la historia, pues alejar a un niño del crimen está bien, pero eso no quita que el chico se quedó con las ganas de disfrutar el regalo que ya le habían dado, lo que fue casi cruel de parte de su mamá. Sin embargo, la historia continuó y al pequeño le hicieron un cambalache por algo más apropiado para su edad.
En las imágenes podemos ver que el muchacho se ve resignado con un set de juego de bloques de construcción que está basado en Minecraft, un juego del mismo género de GTA (sandbox), aunque tiene un espíritu más inocente, pues impulsa la creatividad sobre la violencia. Además, María dice que su hermano sí recibió un videojuego, pero de la serie Crash Bandicoot, que son juegos de acción de Naughty Dog de gran calidad. Es obvio que el chico está resignado y, probablemente, no es que no le gusten sus nuevos regalos, sino que ya había saboreado el sabor del entretenimiento culpable y le quitaron el bocado de la boca.
Todo se hubiera prevenido si pusieran atención a las advertencias
Los videojuegos vienen en todas las formas y tamaños y hay propuestas para todo público. Por supuesto, los chicos siempre querrán romper las reglas y tratar de acceder a juegos que no están en su rango de edad, pero para eso existen las clasificaciones que le muestran al público el tipo de contenido que trae el software que están adquiriendo. En el caso del GTA, podemos ver la clasificación de la PEGI (Pan European Game Information), que es un sistema de clasificación de contenidos en Europa que marca que el juego es para 18 años o más. Además, viene con íconos que denotan “violencia, groserías y juegos de azar”.
Por si eso fuera poco, en la sinopsis del juego te dicen que “es la forma más rápida para que los nuevos jugadores impulsen sus imperios criminales”, lo que, sin duda, espantó a la madre del chico. Además, habla de personajes como estafadores, ladrones y psicópatas involucrados “con lo peor y más desquiciado del mundo criminal” y marca “una serie de peligrosos atracos” como objetivo del juego. De haber sabido eso le habría ahorrado la decepción al muchacho y la vuelta para la devolución, así que recuerden leer primero el empaque o preguntarle al encargado de la tienda.