¿Qué pasa si reúnes las extrañas ilustraciones del arte medieval, con un grupo de amigos que se apoyan en todas sus locuras? El resultado es de lo más cómico.
En los libros ilustrados por los monjes de la Edad Media se pueden ver escenas muy extrañas, como personas contorsionándose o tocando raros instrumentos musicales, y que son un reflejo de cómo percibían su realidad.
Nuestro mundo actual parece extraño, pero luego vemos estas escenas medievales recreadas por estudiantes de la República Checa en las ruinas del Castillo de Poresín, y nos damos cuenta de que en la antigüedad también les faltaban unos cuantos tornillos: