Mis amigos siempre me dicen de lo maravilloso que sería si tuviera hijos. Que cómo sus pequeños bodoques son tan adorables que podrían comérselos, que cómo les dan tanta felicidad, que cómo se quedan dormidos y que cómo ya debería animarme a tener los míos.
Sin embargo, luego de ver este post he decidido que eso no es para mí. Pues por estas 20 cosas agradezco no tenerlos.