Los diseñadores pueden sorprendernos con ideas frescas, ingeniosas e inteligentes… o matarnos de la risa con ridículas decisiones que los convierten en el hazmerreír, por lo inútiles, lerdos o simplemente raros que son sus productos.
Estos 20 pésimos diseños tienen mucho que mejorar y, definitivamente, pudieron ser mejor pensados. No solo son meros detalles, sino que algo está fundamentalmente mal con ellos. Quizá no nos convenzan de comprarlos o imitarlos, pero sí podrían arrancarnos una que otra risa.