Muchos creen que ya son los suficientemente mayores para independizarse y hacer por sí mismos tareas hogareñas tan básicas como lavar la ropa… Hasta que descubren que todavía les queda bastante por aprender.
Creyeron que lavar la ropa era tan sencillo como ponerla en la lavadora, vaciarle el detergente, ponerle agua, encenderla y esperar que esté lista. Estas 30 personas aprendieron a base de desastres que la vida independiente de adulto no es la que ellos soñaron.