Tener una mascota es entender que van a crecer con el paso de los años y que tarde o temprano van a ser demasiado grandes y pesadas como para levantarlas el suelo o dejarlas dormir en nuestro regazo… Pero a ver, explíquenle eso a estos adorables gigantes.
Todos estos lomitos se acostumbraron a recostarse sobre sus dueños y se les quedó el hábito a pesar de que ya son más voluminosos que sus humanos. Se convirtieron de tiernas mascotas a estos 30 enormes compañeros, que por dentro se siguen sintiendo como los pequeños de casa. Ya dejaron de ser unos cachorros, pero no les han avisado.