Que la vida te trate como perro aquí significa que tienes casa, comida, un lugar donde dormir, servicios de salud y aun así te las ingenias para estafar a toda una facultad para que te den comida gratis.
La vida criminal no es exclusiva de los humanos y, junto al firulais, Blanqui se ha convertido en uno de los mayores delincuentes caninos. Pero a diferencia del primero, él no roba ni es perseguido por la policía, simplemente se dedica a estafar a la gente haciéndole creer que es un lomito sin hogar y que no tiene quien le dé alimentos.
Blanqui es un perro muy conocido en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario en Argentina. Lo reconocen estudiantes, administrativos, profesores y trabajadores del recinto como el perro vaca, y todos, absolutamente todos, han sucumbido a sus tretas seductoras.
Se acerca tímidamente y se les queda viendo fijamente mientras comen. Despierta una lástima tan grande que todos creen que se trataba de un perrito callejero, así que le comparten de sus alimentos. Blanqui recorre toda la facultad, buscando incautos a quienes engañar.
También se dedica a estafar personas en los fines de semana. Al terminar la semana de clases, muchos estudiantes pasan el tiempo en el Parque España, y ahí también los visita el lomito estafador. Incluso lo han visto hacer su acto de perro callejero frente a una carnicería, en la que se queda parado hasta que le obsequian comida.
Pero tarde o temprano este peludo abusivo iba a ser descubierto. La usuaria Manadigiur siguió la pista a este astuto lomito y se dio cuenta de que Blanqui podrá ser tierno, conmovedor y mentiroso, pero nunca un perro callejero.
En Twitter, ella publicó las fotografías de Blanqui paseando con su dueño. Se acercó para investigar y descubrió que el timador es un perro doméstico, que tiene su propia cama, su comida especial y está vacunado. El dueño no tenía idea de lo que hacía su mascota.
Blanqui también recibía juguetes de la gente y la publicación fue muy comentada por otras personas que también habían sucumbido a los encantos de este lomito timador. El descaro de Blanqui sorprendió a todos, pero también fue algo muy divertido que nos hizo reír.
No hay duda de que las mentes criminales maestras se esconden tras las chafadas más suaves y enternecedoras. Blanqui no es un buen chico, pero no podemos enojarnos con él aunque haya engañado a tantos inocentes. Vivió la thug life al máximo.