Dicen que lo importante es el detalle y no el regalo por sí mismo, pero estos pasteles son finuras que en serio no se hubieran molestado en regalar. De verdad, no eran necesarios ni deseados.
Cada cumpleaños es lo mismo: tienes un nuevo dolor en el cuerpo, las cosas no te saben igual, ya no aguantas toda la fiesta y tampoco puedes ocultar tu desprecio por los feos regalos que te hacen. Es como dijo el buen Dewey: uno ya no espera nada y aún así logran decepcionarnos, como con estos 25 espantosos pasteles que nadie quiere recibir ni darles mordida. Si esta es su idea de un pastel de cumpleaños, mejor no regalen nada: