Cuando andas de paseo, sobre todo cuando utilizas el servicio de transporte aéreo, confías en que la gente a cargo tome las riendas y se adopten todas las medidas necesarias para que llegues a tu destino, pero siempre pueden ocurrir imprevistos, errores y hasta accidentes que pueden tener consecuencias desastrosas o, por lo menos, molestas. Así, no está de más preguntar “¿a dónde vamos?” antes de abordar una aeronave incluso cuando ya traes prisa.
Elise Mallia, de 33 años y Jessy Jezequel, de 41 años, no se aseguraron del destino de su avión cuando viajaban de vuelta a Inglaterra, por lo que su vuelo resultó una inesperada aventura que los dejó tirados a casi 1300 kilómetros de su hogar, visitando Madrid, España. Aunque, a final de cuentas, lograron volver a su hogar, la experiencia fue tan frustrante como divertida y resulta que su mala suerte no fue tal, sino que tuvo que ver con lo despistados que son.
Los despistados aficionados del balompié
Luego de haber hecho una parada en Marsella para disfrutar de un partido de futbol, la pareja oriunda del Reino Unido se encontraba lista y dispuesta para regresar a casa, pero resulta que el destino tenía otros planes para los exhaustos viajeros, quienes aún eran felizmente ignorantes de los problemas que tendrían a continuación.
Según dice la pareja, todo pareció normal durante el proceso de abordaje de su vuelo de vuelta a Londres. Sus pases de abordaje fueron escaneados tres veces previo a que se les permitiera abordar el avión, por lo que estaban bastante seguros de que habían seguido el procedimiento correcto y abordado la aeronave apropiada. Sin embargo, durante el vuelo se dieron cuenta de que algo no cuadraba.
En Madrid, por tomar “un giro equivocado”
Una hora después de iniciar su vuelo, a Jessy le pareció escuchar a alguna auxiliar de vuelo mencionar “Madrid”, pero en el momento se encontraba algo amodorrado y supuso que se trataba de algo que soñó. Poco después se empezaron a alarmar, pues se dieron cuenta de que los sobrecargos se encontraban hablando en español. Muy oportunamente, a mitad del vuelo decidieron confirmar a dónde iban y sí, la tripulación les confirmó que su destino era la capital española, para desmayo de los desorientados viajeros.
Ni los pasajeros ni los trabajadores sabían qué era lo que pudo haber salido mal y la situación era un completo misterio para todos los involucrados. En lugar de llegar al aeropuerto de Standsted, terminaron en el de Madrid, donde notificaron al personal de la línea aérea, Ryanair, acerca de su situación. Afortunadamente para ellos, el problema no pasó a mayores y fueron registrados para un vuelo con rumbo a su destino original el mismo día en que llegaron a la capital española.
Hay que esforzarse para equivocarse así
El representante de la línea aérea explicó que, a pesar de que Elise y Jessy atravesaron la puerta correcta para tomar su vuelo, los despistados pasajeros se equivocaron al seguir la ruta hacia su avión designado, pues cruzaron una zona no autorizada y se subieron al vuelo con destino a Madrid. El trabajador de Ryanair abundó que “ambos pasajeros pudieron ocupar los mismos asientos que tenían asignados en su vuelo original debido a que el vuelo que tomaron no estaba completamente lleno y, por lo tanto, el error no fue detectado en su momento”.
En su defensa, la aerolínea aclaró que “Un anuncio avisando a los pasajeros acerca de su destino final y tiempo estimado de llegada es hecho antes de cualquier partida y ese aviso debió haber alertado al Sr. Jezequel y a la Sra. Mallia sobre el hecho de que se encontraban en el vuelo equivocado”. Además, el representante explicó que la responsabilidad de asegurarse de que la gente aborde la nave equivocada no es completamente suya, por lo que de equivocarse, la línea aérea no tiene la culpa de las consecuencias del error. Igualmente, todo quedó en una divertida, aunque ligeramente molesta anécdota.