Es obvio que si vas a rentar un espacio para vivir, debe haber algún tipo de reglas, por eso de la sana convivencia. Sin embargo, con el aumento de los costos de vida y hasta por la neurosis social, los caseros se han vuelto obsesionados por el control. Además, quieren cobrar mucho dándole nada a cambio a su arrendatario, a veces ni siquiera los dejan vivir en el lugar que rentan y esta nueva condición despertó indignación.
A través de redes sociales se anunciaba un departamento con un precio de renta de 373 dólares al mes en la ciudad de México, pero entre las exigentes condiciones estaba “no tener home office” en el lugar. Ese curioso requerimiento despertó la indignación de los usuarios, quienes empezaron a compartir sus experiencias con anteriores arrendadores y discutir sobre cómo la crisis ha sacado lo peor de los dueños de propiedades en el país azteca.
El infame anuncio
Si bien los altos costos de la vivienda en Ciudad de México no son novedad, el pago de 373 dólares mensuales por un espacio en el que no puedes desempeñar tu trabajo es bastante prohibitivo y, aparentemente, resulta hasta insultante para aquellos interesados, pues las críticas a la publicación no se hicieron esperar en lo más mínimo.
Los comentarios iban desde los que justificaban a la solicitante con “Los precios de la luz han subido, no puede soportarse home office todo el día” hasta los irónicos como “¿Quiere rentar un cuarto para vivir en él? Imposible” y los directos como “O sea que si no trabajas, pero tus papás te pagan la renta y quieres pasarte todo el día viendo Netflix, ¿sí te aceptaría?” y así muchos otros mensajes, incluso algunos que recordaban condiciones aún peores que las expuestas en la publicación.
Requisito: no vivir aquí
Entre otras “maravillosas experiencias” que los internautas revivieron con el risible anuncio se encontraban algunas situaciones igual o aún más bizarras, como cuartos de 115 dólares al mes donde solo podías dormir ocho horas porque “el resto del tiempo se usará como oficina” o aquellos lugares donde “no puedes llegar después de las 11:00 p.m. porque no es de gente decente”.
Sea como sea, el hecho de que te renten mensualmente debería garantizarte tener dónde vivir, no como a aquel al que le preguntaron, increíblemente, luego de pagar su renta “¿Por qué te la pasas aquí todo el día, qué no tienes dónde vivir?”. Así están las cosas en nuestro México mágico, sobre todo en la ciudad capital.
Acoso consensuado
Así como hay exigencias que parecen injustas, intransigentes o, de plano, inaceptables, hay algunos otros arrendatarios que están por ahí ofreciendo espacios con condiciones que rayan en lo ilegal o que, por lo menos, son increíblemente tétricas y sospechosas.
Cuando un hombre hasta de más del doble de la edad de su roomie (mujer) le pide que mantenga las puertas abiertas, que no permita a otros hombres en su espacio, compartir cama y que le cocine y, además, que cobre entre 150 dólares (sin pago de renta) o 400 dólares (con renta) suena a que el arrendatario quiere ser el sugar daddy y no el roomie, y un sugar daddy que cobra por “el privilegio de su compañía”.
Hay que tener criterio
Cuando en una publicación te piden como requisito “no ser abogado” por algo es: ya puedes ir esperando que el arrendatario está fuera de la ley o que al menos espere infringirla en el futuro no muy lejano. En los casos en los que te prohíben el uso del espacio durante ciertos días de la semana o con limitaciones no observadas en la ley, lo más seguro es que estén jugando chueco.
Así, cuando un abogado se encuentra con esas situaciones, inmediatamente entiende que algo está mal y puede hasta demandarlos (sin incurrir en “gastos extra por abogados”, claro está), por lo que los morosos o inmorales realmente no quieren tener abogados de inquilinos. Incluso si no eres abogado, si las condiciones para compartir espacio vital o para rentar suenan a que están mal, probablemente así sea y se puede denunciar o simplemente buscar en otro lado.