La mente infantil es todo menos cosa de niños. Así como diría Homero, “Cuando veo esas sonrisas en sus caritas… sé que están pensando en lanzarme algo, los desgraciados”, es cierto que los niños pueden ser crueles pero también pueden ser aterradores. Muy aterradores.
En los siguientes 21 casos, propios y extraños se vieron aterrorizados o sorprendidos por el comportamiento o las ideas que los niños ponen en práctica, pues la mayoría de estos son situaciones que parecen aptas solo para adultos (sin enfermedades cardíacas).