Actualmente, la tecnología pone al mundo al alcance de nuestra mano, sin importar que esta sea pequeñita, como la de un bebé de tan solo dos años. Así lo ha dejado claro Ayaansh Kumar, un niño estadunidense que utilizó el celular de su madre para adquirir mercancía de la tienda en línea de Walmart por un valor aproximado a los 1800 dólares, sin el más mínimo problema.
La madre de Ayaansh, Madhu Kumar, se percató de que algo no andaba bien cuando un camión repartidor de mercancía se estacionó frente a su casa para entregar una enorme cantidad de cajas de parte de Walmart. La joven madre indagó acerca de cualquier compra que hubieran realizado su esposo o sus dos hijos en edad escolar, pero ellos, igualmente sorprendidos, confesaron no saber nada al respecto.
Lo primero que piensa uno cuando se encuentra sin pistas y sin sospechosos es que se trata de un error. Por ello la madre consultó con la tienda, quien revisó el historial de consumo de su cuenta para desarrollar una línea de investigación.
Bien lo dijo el prolífico sir Arthur Conan Doyle a través de los labios de Sherlock Holmes, una vez que descartamos lo imposible, lo que nos queda, sin importar qué tan improbable sea, debe ser la verdad. Guiados por este conocimiento y después de descartar a todos los (presumiblemente) inocentes miembros de la familia que sabían cuál era el significado de la palabra “dinero”, no hubo más remedio que aceptar que el pequeño Ayaansh fue la mente maestra detrás de esta compra.
El pequeño Ayaansh manipuló, a modo de juego, la interfaz de usuario de la tienda de Walmart, a la cual tenía acceso su mamá, comprando todo lo que, aparentemente, le había llamado la atención en la página de la popular empresa, así como varios artículos que el matrimonio tenía acumulados en su “carrito de compra” para futuras referencias, en caso de que se animaran a comprarlos.
De hecho, solo necesitábamos unas dos o cuatro sillas, pero cuando nuestro hijo presionó ‘ordenar’, nos enviaron alrededor de una docena. Hizo todas las órdenes y no vi mi correo electrónico sino hasta varios días después. Poco después, los paquetes comenzaron a llegar.
A pesar de los imprevistos, las sorpresas y los misterios, la familia se tomó el incidente con mucho humor y filosofía.
Inicialmente pensamos en devolverlo todo, pero ahora, luego de darnos cuenta de lo mucho que esta noticia ha divertido a tanta gente y cómo les ha hecho sonreír, especialmente durante estos malos tiempos de covid-19 y demás situaciones serias, simplemente nos hace muy felices saber que esto está haciendo reír a la gente, por eso mismo, vamos a conservar algunos de los artículos que nuestro hijo pidió en línea, como recuerdo de este episodio de nuestras vidas.
Y así, el misterio de las compras fantasmas llegó a un final feliz para todos los involucrados. Solo resta averiguar hasta dónde llegará Ayaansh una vez que haya comprendido el poder que sus dedos tienen en el mundo digital.