Los pleitos entre vecinos son para toda la vida, así como legendarios. Sin embargo, algunos de estos rayan en lo absurdo. Además, los motivos por los que surgen suelen ser cada vez más ridículos. Aunque también es cierto que existen vecinos que son ruidosos, fiesteros o hipersensibles.
En Rusia, un pleito entre vecinos fue llevado al extremo del absurdo y la hilaridad por un hombre que se molestó por los ruidos provenientes del apartamento superior. Este peculiar sujeto decidió hacerle frente a la indiferencia de sus vecinos con una dosis diaria de relinchos de caballos que alternaban con canciones de Rammstein a todo volumen (al menos hubiera puesto a La Arrolladora). El concierto de voces equinas junto al sonido de su galope podía durar horas y todo el edificio tenía que aguantarlas.
El hombre fue denunciado ante las autoridades más de 80 veces y fue multado, pero nunca pagó nada. Los vecinos de este edificio situado en la ciudad Nizhni Nóvgorod también trataron internarlo en un hospital psiquiátrico, pero tampoco funcionó. Yuri Kondratyev, el sonidero de caballos, incluso les dejó a cada uno en sus buzones una copia de un certificado que lo declaraba mentalmente sano.
El horario predilecto de este hombre para deleitar los oídos de sus vecinos reproduciendo en su bocina las cabalgatas y relinchos eran las altas horas de la madrugada, por lo que los vecinos se mostraban muy molestos. En realidad todo el edificio la pasaba muy mal y tuvieron que unir fuerzas para hacerle frente a Kondratyev.
Los extraños remixes de este inusual DJ se prolongaron durante dos años, del 2018 al 2020, hasta que todo el edificio interpuso una demanda que por fin lo llevó a los juzgados. Ahora, Yuri Kondtrayev fue condenado a tres años y medio en prisión bajo los cargos de tortura psicológica y alteración del orden. Imagínate vivir en México y perderte los relinchos de Kondratyev.
Yuri Kondratyev recibió propuestas del festival de música Pa’l Norte en Monterrey, México, y se rumora que a su salida de la cárcel también podría participar con un set equino en el festival más grande de música electrónica, el Tomorrowland, por lo que su estancia en la prisión lo tiene sin cuidado. Además, varios museos de arte moderno se interesaron en su performance de corte ecuestre, por lo que a su salida podrá continuar con sus óperas, pero dentro del marco de la ley y con un volumen más alto.