Cuando llegas al altar es porque has encontrado a la persona indicada con la que quieres compartir el resto de tus días. Es natural que al comenzar a vivir juntos, uno se dé cuenta de detalles que no le gustan del otro. Sin embargo, esto se soluciona con comunicación y aceptación, pues todos tenemos nuestros defectos. Desgraciadamente existen casos que se van al extremo, como este hombre egipcio que se quiso divorciar de su esposa después de un mes de casado porque decía que “se veía fea” sin maquillaje.
De acuerdo a varios medios, la pareja comenzó a coquetear por Facebook. Después de ver sus fotos de perfil y gustarse en la cámara, comenzaron a salir. Luego de un tiempo, los tortolitos se casaron, pero el gusto les duró poco, pues después de un mes de compartir vida, el hombre de la casa se dio cuenta de que su mujer no era la misma con la que se había casado y que no se acostumbraba a verla sin maquillaje.
Me sorprendió porque no se parece en nada a la persona que conocí varias veces antes de casarme. Ella me engañó… Después de la boda, vi su verdadero rostro sin maquillaje y se ve fea. Vi sus fotos en Facebook y parece totalmente diferente cuando no lleva maquillaje. Fui engañado y quiero divorciarme de ella.
Con esos argumentos, el Tribunal de la Familia en Heliópolis, en Egipto, no lo vio con buenos ojos y le negaron el divorcio. En redes sociales, la crítica no le llovió diferente, pues muchos creyeron que el comportamiento que estaba teniendo era un tanto machista. Además, muchos opinaron que no es justificación suficiente para pedirle el divorcio a alguien. Aunque el hombre aseguraba que lo había intentado (no sabemos cuánto, pero más de un mes no fue), no lo pudo superar y terminó cortando las esperanzas de ese amor.
La veo cuando se despierta, su pelo está desordenado y su aspecto es completamente diferente al que conocí cuando me casé con ella. Intenté superarlo.
Aquí no estamos para justificar ese tipo de comportamientos, pero lo que internet nos ha enseñado es que el maquillaje puede cambiar completamente a las personas, a tal punto de no parecerse a su verdadero físico. Hay muchos videos de maquillistas expertos y expertas que fácilmente engañarían a cualquiera con su habilidades para contouring y el uso eficiente de las brochas.
Otro caso como estos es el de Jian Feng, un hombre de origen chino que le pidió el divorcio a su esposa por “haber dado a luz a los niños más extremadamente feos del mundo”. Después de hacerse pruebas de ADN con su “feos hijos”, se dio cuenta de que sí eran de él. Ahí es donde su esposa sacó el peine, o mejor dicho, el bisturí, pues le confesó que había pasado varias veces al quirófano a hacerse unos “retoques”. Después de ganarle la demanda en el tribunal, la mujer le tuvo que pagar una indemnización de 120 mil dólares.
Nada más recuerden que las cirugías estéticas no cambian el ADN y “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. Los genes no se mueven y es lo que les heredan a sus criaturas. Lo importante es quererse como son y también como se desean y, sobre todo, ser honestos. Porque a todos nos gusta echarnos una manita de gato o un zarpazo de tigre de vez en cuando.