Historias de personas que se ganan la lotería tenemos muchas. En serio, si quieren darles un vistazo, se las dejó por aquí. Desde aquellos que ganan el doble de su premio, gente sin techo que consigue el premio grande hasta quienes quisieron huir de su esposa para no compartirlo, no hay duda de que el dinero cambia a todo el mundo, pero no nos imaginamos que la suerte y el azar fueran a convertir a un ladrón y encaminarlo por el sendero de la buena vida.
Resulta y resalta que un recurrente amante de lo ajeno, radicado en Puerto Madryn, en la provincia de Chubut, Argentina, le pegó al gordo. Y a más que el inicio de un chiste del Chavo del 8, el ladrón rioplatense no corrió con el hurto, sino con la suerte de sacarse la lotería, hecho que le hizo abrir los ojos al mundo de la caridad.
Marcelo Paredes, de 37 años, conocido como “Rambito”, era un ladrón con experiencia. Desde los 16 años se desempeñaba en crímenes de baja calaña, principalmente el robo a turistas. Pero no fue hasta finales del año pasado, cuando “Rambito” jugó el sorteo de revancha del Quini 6, una conocida lotería argentina, que su perspectiva de la vida cambió.
El habilidoso salteador nunca imaginó que la combinación de números que llevaba 15 años jugando le fuera a dar suerte. Pero, sin esperarlo, el 31-09-21-17-03 y 12 le trajeron la suerte que necesitaba y pudo llevarse 94 millones de pesos argentinos, más de 845 000 dólares.
“Muchachos, no robo más” fueron las palabras que “Rambito” dijo a sus ya conocidos policías de la comisaría de Puerto Madryn. Pero no solo eso, el corazón de este ladrón se llenó de bondad y con toda la buena intención se dispuso a devolverle al pueblo lo robado y quiso recompensar a dos de sus víctimas con el doble del monto que les hurtó y hasta les hizo su pago en dólares.
Con tantos años en el negocio, ya era un viejo conocido para las autoridades, quienes lo describen como “todo un personaje” e indicaron que es un hombre extrovertido. De acuerdo con el diario Crónica, cuando a “Rambito” le tocaba declarar, al llegar al lugar, saludaba al patrullero y a los fiscales, así como al resto de autoridades.
Por sus uñas largas pasaron celulares, televisores y hasta consolas de videojuegos. Según el Clarín, en 2017, cuando lo suyo era el robo de viviendas, llegó a sumar 15 allanamientos, así como la incautación de varios celulares que utilizaba para los actos criminales. Entre lo que llegó a embolsarse estaban notebooks, tablets, cámaras fotográficas y filmadoras.
Pero si hay que reconocerle algo a este ladrón, es la constancia y su rebeldía contra el sistema, pues todavía en noviembre de 2021, cuando fue la última detención, “Rambito” iba circulando de pie con una moto a las manos (desconocemos si era personal). Cuando vio el puesto de revisión policial, este decidió saltar e intentar irse, pero los gendarmes lo alcanzaron y este se le quiso ir a los golpes. Fue arrestado por desobediencia, atentado y resistencia a la autoridad.