Cuando Michael Conley Loyd, de 30 años, entró el 20 de julio de 2022 a una sucursal de Bank of America en Springfield, Misuri, Estados Unidos, tenía una sola cosa en mente: “probar un punto” a su amante. A pesar de que nunca se especificó qué fue lo que quería demostrar, Michael llegó hasta la ventanilla y entregó un papel en el que exigía dinero a la cajera. Oficialmente estaba realizando un robo.
No se trató de un robo a mano armada o un escandaloso atraco como en las películas. De acuerdo a los reportes de los oficiales, eran aproximadamente las 11:30 a.m. cuando Michael, vestido con una camisa gris cortada, short de gimnasio azul y un zapato naranja en su pie derecho, entró al banco.
Al llegar a la ventanilla, Michael presentó una nota en su propia acta de nacimiento que tenía escrito con resaltador rosa “Entrega el dinero ahora. No digas nada. Tengo un compañero afuera”. La empleada no arriesgó su seguridad y dio al hombre 754 dólares de su cajón. El sujeto salió del banco y se fue en una camioneta Dodge RAM negra que pertenecía a su compañera de cuarto.
Una vez fuera del banco, los empleados dieron alerta a las autoridades, quienes no tardaron en hacer acto de presencia. De hecho, Michael pudo ver las luces de las patrullas mientras se alejaba, por lo que tiró por la ventana el dinero, así como su certificado de nacimiento y su identificación. De acuerdo a los reportes oficiales de la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos, el hombre no supo la cantidad de dinero que tiró porque no contó el dinero robado.
Michael le mandó un mensaje de texto a su compañera de cuarto para decirle que le robaron la camioneta, por lo que podría escuchar el escáner de la policía. Además, aprovechó para mandarle un mensaje a Ashley, su amante, y contarle lo que había hecho.
El novio de la compañera de cuarto de Michael dio reporte a la policía pocos minutos después del robo, por lo que no fue difícil encontrarlo en el parque de casas móviles de Lazy Acres, donde vivía. La policía rodeó la residencia y llamaron a los ocupantes. Michael fue arrestado y renunció a sus derechos Miranda (Tiene el derecho a guardar silencio) y confesó el robo ese mismo día.
Los investigadores compararon fotos de reserva de Michael con las imágenes de vigilancia del banco. De la misma manera, encontraron que el ladrón portaba un dispositivo de monitoreo en su tobillo como parte de su libertad condicional por un robo anterior. LBS Monitoring, la empresa de monitoreo responsable, confirmó con datos de seguimiento que el hombre se encontraba dentro del banco en el momento del robo.
De acuerdo a los estatutos federales, Michael está sujeto a una sentencia de hasta 20 años de prisión sin posibilidad a libertad condicional, así como una multa de 250 mil dólares. La sentencia final será dictada por un juez en una auditoría frente a tribunal después de que la Oficina de Libertad Condicional de los Estados Unidos complete la investigación.