El sitio de noticias satíricamente falsas “waterfordwhispersnews”, encontró una foto cualquiera de una escuela en Irlanda… y al ver en medio a un pequeñín parecido al líder de Corea del Norte decidieron imaginar cómo sería una entrevista con sus excompañeros.
Como muchos dictadores, Kim Jong Un, con su redonda carita de querubín, fue educado en occidente para secretamente cultivar su odio contra todo lo que representa el orden liberal capitalista y muchos tal vez encontrarán difícil culparlo. Cuando el sitio encontró la foto decidieron imaginar que era el líder norcoreano:
Cualquiera intentará ver si en sus ojos pequeños se asomaba un rasgo del dictador en potencia, pero la verdad es que no hay nada ahí, tal vez un poco de acné, señalan en la noticia ficticia sobre el líder norcoreano.
En la narración señalan que seguramente, durante su tiempo en Irlanda coqueteó con algunas rubiecitas irlandesas, disfrutó la música y habló durante horas sobre cómo destruiría a Estados Unidos, según un compañero de estudios.
“Sé que quieres que diga que él tenías rasgos malignos en ese entonces, pero eso es una tontería. Él más bien era como cualquier niño de su edad, nada para preocuparse, solo empezaba a tener algo de acné. Él coqueteaba incómodamente con las chicas, disfrutaba de la música que todos disfrutábamos y hablaba sin fin sobre la destrucción total de los Estados Unidos; lo normal, cosas de adolescentes”, diría Aoife Moran, ex-compañero del líder máximo.
Los maestros lo recordarían como un joven que hablaba suave, el chico “extranjero que hablaba quedo”, cuyo acento coreano marcado le hacía difícil darse a entender en un principio, pero luego de un año prácticamente floreció, señalarían.
“Bendito sea, vaya que lo intentaba. Realmente trabajaba duro y le iba bien cuando estuvo aquí. Al principio no se entendía lo que decía pero al final ya tenía armados un par de discursos sobre los cerdos americanos y cómo me cortaría la garganta si trataba de usurparlo. Un estudiante de verdad encantador”, diría la maestra Niamh Ní Mhuirí.
El verano de 1999 en particular representa memorias interesantes para todos en la escuela. “Fuimos a Coimhín Ó Un una vez, fue mi primer beso, todo lengua, sin técnica, pero seguro yo era igual”, recordaría Síobhan Halley sonrojándose.
“Me dijo que debería regresar con él a Corea del Norte pero yo estaba en año de transición, que era difícil para mí y amablemente lo rechacé. Creo que solo le interesaba porque mi papá es granjero, y siempre estaba preguntando cómo evitar las hambrunas. De hecho, cuando lo pienso, creo que me utilizaba para sacar información”, diría Halley.
Algunos estudiantes de Acla incluso siguieron en contacto con él luego del verano. “Si, fuimos amigos por carta durante años, le mandaba barras Caramac porque decía que las extrañaba mucho, lo que probablemente explica el sobrepeso, es mi culpa. Él enviaba a su vez una lista de químicos que requería para hacer algo que necesitaba para ‘reacomodar el orden mundial’. Solo la correspondencia normal”, diría su amiguito Eoin O’Neill.
El sitio de noticias asegura que buscó una entrevista con el líder norcoreano pero sin suerte.