Considerándose a sí mismos casi, casi divinidades de las redes sociales, los influencers creen que las personas y empresas deben rendirles una especie de culto y entregarles ofrendas a cambio de sus “bendiciones” en forma de buena publicidad.
Ya hemos visto que no es raro que estos “expertos” en difusión exijan servicios o productos a cambio de hacer reseñas positivas en sus redes. Pero el influencer mexicano Alejandro Carreño, conocido como “Ale Car” en Facebook, se indignó cuando una empresa le dio prioridad a sus clientes reales.
Él había hecho un “trato” con la marca de ropa y diseño Hoorus; la empresa le enviaría algunos artículos y Ale los presumiría en sus redes sociales, que alcanzan la “estratosférica cantidad de 33,000 seguidores” (lo de estratosférica es sarcasmo, por si había que aclarar).
El detalle fue que Hoorus en ese momento tuvo muchos pedidos de sus clientes reales, así que puso en espera a este divo influencer. Ale les estuvo enviando mensajes para que no olvidaran lo que habían acordado, y la marca le explicó que estaban ocupados pero que sí le mandarían los artículos.
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Entonces Alejandro reclamó que estuvieran dándole prioridad a otras personas (que sí compran), y cuando la marca le escribió que no sería posible enviarle los productos esa semana este supuesto experto en redes sociales les advirtió que hablaría mal del trato que recibió.
Así que para todos sus miles de seguidores compartió una mala reseña quejándose de la marca, resaltando que no conocía la calidad de sus productos pero que no cumplían sus “promesas”. Su intención era obviamente sabotear a Hoorus, pero su plan no salió como esperaba, sino que le resultó contraproducente.
Viendo que ya antes había tenido problemas por pedir comida a un restaurante a cambio de su reseña, los usuarios de internet comenzaron a mostrar apoyo a Hoorus. La marca obtuvo mucha publicidad gracias al berrinche de Ale y sus ventas aumentaron. Además todos se fueron sobre Ale y llenaron sus páginas de críticas.
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5. La empresa agradeció el apoyo
Él quería ropa a cambio de su opinión, y lo que terminó siendo gratuito fue la difusión de Hoorus. No estamos seguros si los influencers que quieren cosas gratis están familiarizados con la expresión “te salió el tiro por la culata”, o tal vez sea necesario agregarle un hashtag para que comprendan lo que quiere decir algo como #SeTeCebó.