En un país donde un porcentaje considerable de personas piensan que la leche chocolatada viene de las vacas color café, creer que podrían sobrevivir a una pelea contra un enorme mamífero equipado con garras y poderosos colmillos tampoco es inusual.
La compañía de investigación de mercado y análisis de datos YouGov hizo una encuesta llamada Rumble in the jungle, en la que participaron 1224 ciudadanos de Estados Unidos, a quienes les preguntaban sobre los animales que ganarían en una pelea hipotética. Era solo un pequeño experimento mental, pero los resultados nos sorprendieron.
La primera parte de este estudio consistió en imaginar qué pasaría en una pelea de una selección de 34 animales, incluidos los seres humanos. Se les mostraron parejas de animales al azar y se les preguntó cuál sería el ganador en un combate.
Después los animales fueron clasificados según el “porcentaje de victorias” marcado por el número de veces que los norteamericanos los seleccionaron como los ganadores. Al final se hizo una tabla que mostró a los que tienen mejores oportunidades en esta batalla.
El triunfador indiscutido fue el elefante, con un 74 por ciento de victorias, seguido del rinoceronte, oso grizzli, tigre, hipopótamo, león y cocodrilo. El animal considerado el más débil fue el ganso, seguido del humano, avestruz, chimpancé y caballo.
Sin embargo, la segunda parte de la encuesta mostró algo curioso. Ahora la pregunta era ¿a cuál animal podría un ser humano desarmado vencer en una pelea a puño limpio?
El 72 por ciento de los encuestados contestó que vencerían a una rata, 69 por ciento dijeron que a un gato y 61 por ciento escogieron a un ganso. Sin embargo, fue muy extraño que el 6 por ciento dijeran que podrían derrotar a un oso grizzli y un 8 por ciento, que derrotarían a un león, elefante o gorila.
Aunque es un porcentaje muy bajo de los voluntarios que participaron en el estudio, es increíble que de verdad sí haya personas que creen que podrían ganar en una palea contra uno de esos mamíferos, que no solamente nos superan en peso y fuerza, sino que realmente son máquinas asesinas por naturaleza.
Tal vez esto es una muestra de cómo los estadounidenses se creen bastante superiores, aunque al final no se atreven a veces ni a matar una cucaracha y todo su valor se esfuma en cuanto la ven volar hacia ellos. Se sienten Hugh Glass de El Renacido, pero no durarían ni un minuto contra un oso real.