Todo es amor, pajaritos por la mañana y miel sobre hojuelas por las noches cuando se está con la persona correcta, aquella con quien puedes pasar el resto de tu vida dándole cariño, comprensión y ternura. Sin embargo, esto puede cambiar si alguno de los dos gana la lotería con una cifra millonaria. ¿Qué tanto? Unos 2.3 milloncitos de dólares.
Parece chiste pero es anécdota y no mía (desafortunadamente), aunque sí de una pareja de Ontario, Canadá. Verán, Maurice Thibeault y su esposa Denise Robertson acostumbraban comprar boletos de lotería y se hicieron la promesa de que si alguno de los dos llegara a ganar el premio, lo compartirían. Por varios años, ambos mantuvieron las esperanzas de ganar y cumplir su promesa, hasta que algo comenzó a ponerse extraño.
En 2018, Maurice se sacó la lotería y se volvió millonario de la noche a la mañana. Ganó más de tres millones de dólares canadienses, solo que nunca se lo comunicó a Denise. Poco a poco, el hombre fue teniendo comportamientos nada comunes: renunció a su trabajo, se fue de la casa y solo en tres días ya se había llevado 15 cargas de ropa. Se estaba fugando, pero su esposa no lo sabía.
Denise quiso ahondar en el tema y se dio cuenta de que su esposo se había ganado el gran premio y no quería compartirlo. La esposa enojada tomó cartas en el asunto y procedió legalmente. Ellos estaban unidos por el common-law, bajo una modalidad que les da algunos derechos prácticamente iguales al matrimonio. Así que ella tenía todo el derecho sobre parte de esos nuevos bienes adquiridos.
La pelea legal por el dinero ha durado años y aún no se resuelve. Además, la Ontario Lottery and Gambling Corporation intervino y dijo en repetidas ocasiones “A mí no me metan en sus líos” o al menos eso nos imaginamos, porque no quiso saber nada del pleito entre la pareja y dispuso la mitad del premio a la Corte para evitar problemas. De ganar Maurice, tendría la joya que le falta, pero si pierde, se iría con una nada despreciable cantidad.
De verdad que hay gente bien grosera, nada les cuesta compartir el premio que ambos habían deseado durante años. Además, quien quita que con una nueva vida de millonarios se encuentren otro marido para compartir sus riquezas. Con eso de que está de moda lo del poliamor. Pero quién es uno para juzgar. ¿Verdad?