A todos nos ha pasado al menos una vez en la vida: acompañar a una mujer de compras; ya sea tu mamá; tu hermana; alguna amiga; la chica que te gusta; tu esposa; tu novia. Los motivos son diversos: por obligación; para evitar una discusión; para quedar bien; por ignorancia.
La cuestión es que sea quien sea, por el motivo que sea, esto puede representar uno de los momentos más aburridos y desesperantes de tu vida, y aquí hay algunos ejemplos muy claros.