Caballeros, si son padres de familia sabrán que los pequeños no siempre escogen los mejores lugares ni momentos para hacer una escena y llorar a todo pulmón, cualquiera lo sabe, estos berrinches son al azar.
Supermercados, centros comerciales, restaurantes o cualquier lugar con mucha gente, ese tipo de establecimientos parecen sacar lo peor de los más pequeños, provocando rabietas explosivas que pueden hacer que incluso el padre más estoico se ponga rojo de vergüenza. ¿Pero por qué? Después de todo son solo niños…
El actor Justin Baldoni compartió recientemente una foto conmovedora con su propia hija y la gran lección que aprendió de su papá acerca de esos momentos. Baldoni, quien es conocido por aparecer en la serie Jane the Virgin, compartió una fotografía que tomó su esposa, Emily, mientras la familia se encontraba de compras en un local de la cadena Whole Foods.
En ella, Baldoni y su padre ven tranquilamente a la hija del primero, Maiya. La pequeña está llorando y haciendo una rabieta en el suelo, quién sabe por qué. Los hombres lucen calmados y esto hace que la foto sea muy divertida, pero no a manera de burla.
Evidentemente a ellos no les podría importar menos, a pesar de que hay gente alrededor. Cuando Baldoni publicó la foto en su Facebook, recordó la forma en que su padre solía actuar durante las propias rabietas del actor y cómo ayudó a darle forma al hombre que es hoy.
Intenté alejarme de redes sociales el día de ayer para pasar un rato con mi familia sin distracciones, así que escribo esto hoy. Emily capturó este momento en Whole Foods. Ahora es una de mis fotos favoritas con mi padre.
Dos hombres, parados juntos en silencio, unidos por un amor incondicional por el otro y esta nueva, cruda y pura alma por la que daríamos todo. Solo puedo imaginar cuántas veces hice esto a su edad. Mi padre me enseñó mucho acerca del significado de ser un hombre, pero este post es sobre una sola cosa. Estar cómodo en momentos incómodos.
Crecí viendo cómo lo hacía conmigo una y otra vez. No hay padres perfectos, es algo que me enseñó, no ser padre basado en lo que los demás piensan. Mi papá siempre me dejó expresar lo que necesitaba expresar, incluso si era en público y lo avergonzaba. No recuerdo que me haya dicho ‘¡Me avergüenzas!’ o ‘¡No llores!’ Fue hasta hace poco que me di cuenta lo importante que eso fue para mi desarrollo emocional.
Nuestra hija está aprendiendo y procesando mucha información y no sabe qué hacer con todas esas emociones que surgen de repente. Trato de hacerle ver a mi hija que está bien que se exprese. No es vergonzoso que haga sus rabietas en las tiendas, o grite en los aviones. Soy su padre… No el de ustedes. No nos avergoncemos de nuestros hijos, no se refleja en ustedes, de hecho, tal vez deberíamos ser más amables y pacientes con nosotros mismos.
Si dejamos salir todo lo que sentimos y nos permitimos hacer rabietas y llorar cuando se nos de la gana, tal vez seamos más felices. Y eso es algo que el mundo necesita en este momento.
La foto, a la que Baldoni llama su favorita, muestra este consejo en acción. Y si lo pensamos un poco más, tal vez tenga un poco de razón, pues hay una gran presión por parte de la sociedad, que esperan que todos sean buenos padres y buenos hijos pero ni uno ni otro saben cómo serlo, se aprende en el camino.
Ser el padre perfecto no significa que tus hijos jamás se sientan frustrados o confundidos. Como el actor lo describe, los pequeños están comenzando a explorar y a entender los límites que existen, es natural que tengan emociones encontradas en situaciones que les resulta complicado entender.
Lo importante aquí es enseñarlos a expresar sus inquietudes y no reprimir sus sentimientos por miedo a un regaño o a hacer el ridículo. Trabajar a través de nuestros sentimientos, o simplemente tener un episodio de berrinche en medio del centro comercial, es una habilidad importante para aprender.
La salud emocional de nuestros hijos, sin duda, vale la pena, aunque algunas miradas extrañas de personas que nunca volveremos a ver estén presentes. Eso sí, permitirles llorar no significa que no respetemos espacios, no es lo mismo que lloren porque quieren un dulce a que molesten a las demás personas en lugares que no son aptos para niños, hay que ser prudentes, señores padres.