Es cierto que cuando prestas lana a un cuate, pierdes el dinero o al amigo porque la gente es muy buena para pedir prestado, pero casi siempre renuente a cumplir con sus obligaciones adquiridas, por lo que el acreedor suele parecer el único interesado en que se cumpla con lo acordado. Pero cuando el que te debe llega a los extremos de fingir abandonar este mundo para huirle a sus compromisos, la cosa está realmente grave.
Liza Dewi Pramita, originaria de Indonesia, pidió prestados alrededor de 270 dólares a Maya Gunawan, a quien había conocido por medio de reuniones de arisan. Luego de que Dewi no pagara su deuda después de una prórroga, Gunawan recibió noticias de la muerte de su deudora. Sin embargo, cuando llamó a su familia para corroborar las noticias, se enteró de que todo era falso y su hija le había ayudado a montar la farsa con la que pretendía huir de su deuda.
Conociendo a quién le prestas
Tanto Liza como Maya eran miembros de un grupo de reuniones en línea que se dedica a juntar recursos, usualmente económicos, para dedicarlos a distintos fines. Esa organización informal, llamada arisan en Indonesia, es algo así como un fondo social común que adopta distintas causas y metas, que van desde la compra conjunta de oro hasta la colecta de donaciones para los necesitados y hasta para la organización de fiestas y convivios. En ese contexto, a Liza le pareció fácil pedir prestado a una “colega” del grupo.
Dado que Maya no era cercana a Liza, le preguntó a otras integrantes del grupo acerca de lo confiable que era la mujer que le pedía dinero. Ninguna de las demás mujeres tenía malas referencias de la pedigüeña, por lo que Maya no vio ningún inconveniente en ayudar a una amiga en necesidad, porque, a fin de cuentas, ese también es uno de los objetivos del arisan. Pero terminaría arrepintiéndose de su generosidad, pues las demás integrantes de su grupo conocían tan poco de la tramposa pediche como ella.
Las cosas se ponen raras y ocurre un “triste acontecimiento”
Todo parecía bien y las cosas siguieron su curso hasta que llegó el momento de pagar, pero Liza dijo que no podía pagar, por lo que pidió una extensión para obtener el efectivo. Sin embargo, cuando se llegó la segunda fecha, no se supo nada de deudora. Finalmente, cuando ya estaba considerando contactarla, a Maya le llegaron noticias alarmantes. Según un post de Facebook, Liza había fallecido en un accidente automovilístico en un puente de Medan. Además, se mostraban fotografías de ella vestida de blanco y con algodón metido en sus fosas nasales, así como de un cuerpo cubierto con sábanas que era transportado en camilla y acompañado por personal médico.
Lo primero que sintió Maya fue tristeza por la partida de este mundo de la mujer que apenas conoció, pero el hecho de que anunciaran que el cuerpo de Liza sería sepultado en Aceh Tiamang, un sitio demasiado alejado del lugar de residencia de la difunta, la hizo dudar de la veracidad del post. En una inspección más cercana, no le pareció que la foto de la mujer fuera la de alguien muerto. Maya googleó las fotos de los cuerpos ensabanados y descubrió que pertenecían a una noticia de un sitio web que nada tenía que ver con Liza. Había gato encerrado en este asunto.
¿Está viva? Los deudos de su deudora le debían una explicación
Cuando decidió poner las cartas sobre la mesa, Maya se comunicó con el esposo de “la difunta” Liza, quien contestó inmediatamente a pesar de estar “de duelo”. Una plática con el hombre y con la hija de Liza, Najwa Almira Ginting, descubrió que la publicación que se hizo en la cuenta de Najwa, donde se anunciaba la muerte de su madre, era tan solo una farsa y que su madre se encontraba vivita y coleando. Esos hechos escandalosos e inmorales llevaron a Maya a denunciar el caso por Facebook.
Aunque Maya no ha ido a la policía para reportar la actitud fraudulenta de su deudora, en realidad, su gracia le cayó bastante mal. La acreedora tiene aún la débil esperanza de que la mujer que fue tan ingeniosa como para fingir su propia muerte con tanta audacia sea capaz de reunir el valor y la entereza necesaria para hacer lo correcto y regresar lo que debe. Aunque, claro, no es que se le vean muchas esperanzas a su caso. Por lo pronto, se reporta que ha sido imposible encontrar, viva o muerta, a Liza Dewi Pramita.