Antes de empezar, solo podemos decirte que si no comiste pozole en el cibercafé, no tuviste infancia. Esta vez te contaremos las flipantes ciberaventuras de una despistada estudiante de universidad en Guanajuato, quien relató su increíble viaje en busca del santo grial de los estudiantes llamado “la beca”, para lo que acudió a un cibercafé que no resultó ser lo que esperaba.
La joven en cuestión relató en un video de TikTok la odisea que la llevó de su casa a caminar sin rumbo por las calles de su colonia en busca de un cibercafé para terminar su postulación para una beca. La joven identificada como Fathyima Lex en su cuenta de TikTok contó cómo recorrió las calles vacías de su barrio sin encontrar un ciber donde poder imprimir, hasta que se vio un pequeño local abierto y decidió meterse para lograr su cometido.
El local contaba con dos computadoras, pero ella no le tomó importancia, pues ya estaba cansada de buscar un lugar que le permitiera terminar e imprimir su trabajo, así que solo pidió que le conectaran el mouse y el señor que estaba sentado ahí lo hizo de inmediato. Lex se puso a trabajar y después de un rato vio cómo llegaban dos niños con uniforme escolar al lugar. Uno de ellos le ofreció refresco, el cual aceptó, pero al poco tiempo, la invitaron a sentarse a la mesa con ellos porque iban a comer pozole.
Lex estaba sorprendida con el excelente trato del local, ya hasta estaba pensando en dejarles cinco estrellas en Google Maps, pero rechazó el pozole y dijo que estaba bien con el refresco. Así pasó un tiempo hasta que logró tramitar sus documentos e imprimirlos fácilmente.
Cuando acabó con su estrés por mandar los papeles de la beca, Lex le preguntó al amable señor que cuánto era el monto a deber, pero este le dijo que nada. Sin embargo, ella insistió cortésmente, a lo que nuevamente fue rechazada por el caballero, quien le explicó que ahí no era un cibercafé, sino su humilde morada.
Lex cuenta que cuando escuchó esto se la caía la cara de vergüenza y le dejó a la familia 20 pesos en agradecimiento por haberla dejado entrar e imprimir sus documentos en su casa. El señor que la “atendió” solo le dijo que no le había dicho nada porque se veía muy concentrada.
Yo empecé a sentir la cara pero si bien caliente, le dije: ‘pero cómo que no es un ciber, señor, ¿por qué no me dijo?’ y dice: ‘no, muchacha, es que yo te vi muy concentrada y la verdad es que no te quise interrumpir’. A mí se me caía la cara de vergüenza.
El video se volvió viral y tiene más de un millón de vistas, nueve mil comentarios y más de 200 mil reacciones. La verdad es que Lex lo cuenta mejor que nosotros, por eso aquí te dejamos el video para que escuches esta increíble pero no muy imposible anécdota.