Trabajar para ganarse el pan es algo que la mayoría tenemos en común; asistimos a una empresa, laboramos durante 8 horas diarias para que cada semana o dos, nos llegue el pago por el servicio que ofrecemos. Ese es el día a día de muchos de nosotros, pero siempre hay un negrito en el arroz, esa persona que hace lo mínimo y recibe el mismo pago. Tal vez crean que en su trabajo no existe, pero justo eso pensaban las personas de la siguiente historia.
Resulta que en Quora, una red social de preguntas y respuestas, alguien hizo una pregunta que resultó bastante graciosa: “¿han trabajado alguna vez en un lugar donde no hayan hecho nada por años y nadie lo haya notado?”. Mientras unos respondieron cosas simples como aceptar que existen muchos tiempos muertos en sus labores, una historia se destacó de entre el resto; Shayne Wyatt respondió con una increíble (pero verdadera) historia sobre su excompañero Bob y de como se salió con la suya durante años:
“Solía trabajar en una compañía que manejaba acero, donde trabajaba también este hombre que siempre cargaba con una carpeta y una pluma y continuamente revisaba los productos en stock, las etiquetas, las cajas, los contenedores de envío. Su nombre era Bob, y le caía bien a todo mundo, era amigable, le gustaban los deportes, se llevaba bien con todos los trabajadores, gerentes, jefes, con todos. Para entonces, Bob llevaba 15 años en la empresa, y hay que entender que se trataba de una gran fábrica de acero con un par de miles de personas trabajando en las tres fábricas en la misma propiedad.
Como sea, un día tuvimos junta con los gerentes y decidimos que uno de los empleados debería ser supervisor del área de calidad para los tornillos, clavos, pernos, etc. Todos se preguntaban quién podría hacer ese trabajo. Uno de los gerentes dijo: “Podría ser Bob”. Todos supimos inmediatamente a lo que se refería, y todos los demás concordamos con que él sería el mejor hombre para hacer ese trabajo. La siguiente pregunta que salió de la boca del gerente fue: “De acuerdo, ¿para cuál de ustedes trabaja?” Y nadie dijo una palabra, y siguió buscando entre la mirada de todos los gerentes que estábamos ahí. “Vamos, debe trabajar con alguien de aquí”. Nadie contestó. Alguien por fin dijo: “Tal vez trabaje para uno de los gerentes de oficina”.
Para no hacer la historia tan larga, resulta que Bob había trabajado para la empresa por casi 15 años, y cada semana recogía su cheque. Los primeros 5 años trabajó para un departamento que eventualmente se volvió obsoleto, y la gente fue reubicada en otros puestos, excepto Bob. El se perdió en el cambio, y se encontró sin una tarea específica ni supervisor, o nadie que le prestara atención. Esperó a ver si el día de pago alguien le decía algo, pero nadie lo hizo, por lo que pensó “bueno, me pregunto cuánto tiempo pasará hasta que alguien lo note”. Pues pasaron 10 años, cada semana recibía su pago sin haber trabajado ningún día.
Cuando todos se enteraron no hablábamos de otra cosa, incluso la noticia llegó al presidente de la compañía, que solo pudo reírse de toda la situación. No obstante, Bob fue despedido, pero Recursos Humanos les dijo que tenían que ofrecerle un buen paquete de indemnización porque, después de todo, había sido empleado durante 15 años que estuvo ahí, y no fue su culpa que no tuviera nada qué hacer. La gerencia debió haberlo atrapado desde un principio. Ahora tengo 75 años, cuando esto sucedió aún era joven, y casi lo olvido de no ser porque leí esta pregunta y recordé al maravillosamente tonto de Bob”.
No sé ustedes, pero a mi me suena que ese Bob fue un genio total, miren que engañar a toda una compañía con algo mínimo, y todavía recibir bono por ello, no cualquiera amigos. Así que, tal vez exista un Bob en su trabajo y ustedes ni siquiera lo han notado.