Tal vez no seamos mercadólogos, publicistas o diseñadores, pero todos estamos consientes de que a la hora de comprar un producto, lo primero en lo que nos fijamos es en el empaque. Si este es llamativo y profesional, es casi seguro que lo compraremos sin cuestionarnos la calidad de su interior. Esto es justamente lo que las empresas quieren, pero luego, sin que te lo esperes, te apuñalan por la espalda con sus mentiras.
Te aseguro que te ha sucedido más de una vez: compras algo cuyo empaquetado es de colores, letras grandes y te dice todos los beneficios particulares del producto, pero al abrirlo, te das cuenta de que has sido estafado y el contenido no tiene nada que ver con la descripción. Y luego se preguntan por qué tenemos problemas de confianza.
El día de hoy hemos recopilado una serie de imágenes que dan fe y legalidad a esto; una galería de personas que compraron algo con mucha ilusión y se decepcionaron con el contenido.