La carnita asada no solo es una comida, cocinarla es todo un ritual en el que la familia y los amigos se reúnen para hacer del arte de prender el carbón y esperar a que las piezas estén listas una verdadera convivencia. Aperitivos mientras están los cortes, las salsitas y hasta las cebollitas forman parte del encuentro mágico entre el hombre y el apetito cárnico. Esto sin mencionar las amenidades que las reuniones pueden tener, como la plática entre los involucrados.
No es de sorprender que sea una comida tan popular y perfecta para compartir. Sin embargo, desde tierras argentinas nos enteramos de que hay una mujer que se quejó con las autoridades porque sus vecinos ponían su asado casi todos los días. Uno pensaría que la queja sería por el humo del asador, el olor a carne o el ruido que la reunión genere, pero no, es porque comen carne y en estos momentos tiene un alto costo en ese país.
El pleito aconteció entre vecinos de Villa María, Córdoba, en Argentina, donde una mujer se cansó de tocar la puerta de su vecino para reclamarle por su consumo de carne casi diario. Fue tanta su inconformidad que terminó acudiendo a la Defensoría del Pueblo, a quien expuso su caso buscando ayuda para detener a sus carnívoros vecinos.
Si bien el reclamo puede resultar curioso, es real y no fue escrito en una máquina de escribir invisible, sino que se le dio seguimiento. Ahora la Defensoría tiene que mediar entre los habitantes de estas casas contiguas para ver los acuerdos entre las partes. La defensora del pueblo de Villa María, Alicia Peressutti, calificó la denuncia como “insólita”.
La molestia no es porque la ropa colgada de la vecina se llene de olor a humo, que haya música fuerte o que se escuchen los gritos de los comensales. El fastidio es simplemente porque comen asado, justificándose en los precios que hoy tiene la carne.
—Alicia Peressutti para Cadena 3
La Defensoría dice que no hay otro problema, sino que la queja solo se centra en que comen carne. De la misma manera, expuso algunas de las soluciones que considera pertinentes para el caso, como limitar el consumo de carne o los asados que realizan. Otra de las opciones consideradas es que los vecinos inviten a la afectada a la carnita asada. Peressutti admitió que no hay muchas respuestas posibles ante el reclamo.