En el infierno, los demonios escuchan y cantan la música de Rihanna o al menos eso dijo el pastor Gerald Johnson, de Michigan, Estados Unidos, quien, tras sufrir un para cardíaco, tuvo una experiencia cercana a la muerte, en la que llegó al infierno y vio cómo los demonios torturaban a las pobres almas en desgracia cantando Umbrella de la artista de Barbados.
El pastor contó su dantesca anécdota a través de las redes sociales, describiéndola como una experiencia que “no le desea a nadie”. En 2016, Johnson tuvo un paro cardíaco y quedó sin vida por varios minutos. El sacerdote cuenta que su espíritu abandonó su cuerpo físico y él estaba seguro de que accedería al cielo por sus buenas obras en la Tierra, pero no fue así.
En vez de subir, dijo, bajó al centro de la Tierra, donde está el infierno, y ahí tuvo las más horribles visiones, como la de un hombre “que gateaba como un perro y se quemaba de pies a cabeza” y que tenía los ojos saltones y cadenas en el cuello”, una imagen que pudiera salir de una película de terror. Pero lo peor de todo fue el coro de demonios que amenizaba la tortura.
Según explicó en un video publicado en sus redes sociales, la agonía era acompañada de los cantos Don’t Worry Be Happy de Bobby McFerrin y Umbrella de Rihanna. Sin embargo, no eran las versiones originales, sino interpretaciones atroces.
Afortunadamente para Johnson, su corazón volvió a funcionar y fue “levantado del infierno” para retornar a su vida terrenal con una lección de adoración. El pastor también ha dicho que los músicos que consumen drogas pueden abrir un portal al infierno que les permite que los demonios les susurren letras. De esta manera, Satanás puede controlar sus mentes.
Por su parte, Rihanna, sin enterarse de que el infierno hace negocio con sus canciones, sigue cosechando éxitos y parece que 2023 será un gran año para ella, pues estará en el medio tiempo del Super Bowl. Además, es posible que lance un nuevo álbum y la nominaron al Óscar por Canción original gracias a Lift Me Up en Black Panther: Wakanda Forever.